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Aportes de Patricia Landolfi

Cansacio

Vengan a mi los que van cansados, llevando pesadas cargas y yo los aliviare. Jesucristo

“Vengan a mi los que van cansados, llevando pesadas cargas, y yo los aliviare”. Jesucristo

 

En el capitulo 11 del Evangelio según San Mateo, el mismo Jesús nos indica que hacer cuando no podemos mas.  Cuando nuestras fuerzas están mermadas y estamos extenuados de nadar contra la corriente.  ¿Porque no hacemos lo que El, en su infinita misericordia nos invita a hacer?  Descarguemos nuestras luchas, nuestros anhelos, nuestros miedos, nuestros fracasos, nuestros problemas al que todo lo puede, al que todo lo alcanza y olvidémonos de todo lo demás.  El se encargara de poner cada  pieza en su lugar y darnos la paz que anhelamos en un santiamén.

A veces no nos damos cuenta que aun tengamos oscuridad en el camino, aun no sepamos como vamos a lograr un objetivo importante para nosotros, sin herramientas, sin oportunidades, sin brechas para donde coger,  sin salida alguna aparente, de repente, si entregamos nuestros problemas a Jesús, de repente aparecen no una, sino múltiples salidas para llegar a nuestro objetivo final.

El mundo es para los perseverantes, para los que no se dan por vencidos por una caída, o por dos, o por las que sean.  Debemos levantarnos y continuar intentándolo.  Debemos ser pacientes e intentarlo de nuevo.  No escuchemos los murmullos fatídicos de la derrota.  No  nos acobardemos cuando los derroteros nos indiquen las probabilidades de volver a caer.  Solo dediquémonos a enfocarnos con fe en ganar la batalla. 

Si leemos en la Biblia el capitulo 5 del 2do libro de los reyes, cuando el Profeta Eliseo fue acorralado, pues como todo hombre de Dios, recibe bombardeos de gente que no tolera el progreso, la gracia y las bendiciones de Dios, un ejercito recibió las ordenes del rey de la época para rodearlo con carros, caballos y un numeroso destacamento, el muchacho que ayudaba a Eliseo, cuando observo como los tenían rodeados exclamo: ¡Ay, señor mío! ¿Que vamos hacer? Eliseo le respondió: No temas, porque los que están con nosotros son mucho más numerosos que los que están con ellos.  Entonces Eliseo se puso a orar: Dios, ábrele los ojos para que vea. Dios entonces abrió los ojos del joven, quien vio una montaña cubierta de caballos y carros de fuego que protegían a Eliseo.

Así sucede con nosotros.  Nunca estamos solos, siempre estamos rodeados del poder infinito de Dios.  Para El, no hay barreras, ni muros, ni mares, ni océanos, ni tormentas, ni tempestades, ni derrotas, ni nada que pueda con el inmenso poder que solo El posee.

Descarguemos nuestras cargas a sus pies.  Por mas oscura que este la noche, por mas cansados que nos encontremos, por mas situaciones agobiantes que nos presente el destino, por mas lejanos que veamos nuestros oasis en medio de nuestros desiertos, escuchemos su dulce voz que nos invita a descansar en El.

Solo una cosa vuelve un sueƱo imposible: el miedo a fracasar. Paulo Coelho

“Solo una cosa vuelve un sueño imposible: el miedo a fracasar” Paulo Coelho

 

Muchas veces he escuchado, si tan solo pudiera independizarme y comenzar mi negocio propio, o quisiera terminar mi carrera, pero mis hijos me necesitan, o cambiar de trabajo, con mejores beneficios seria mi sueño, pero no me puedo arriesgar.  Cosas por el estilo, y mas son las frases comunes de las personas que tienen un mundo de sueños e ideas en su interior, y también una gran muralla infranqueable que obstaculiza, y a la vez  frustra los sueños de las personas.

A ver, todo en la vida es a base de sacrificio.  Nada se da de gratis, pero con esfuerzo, ahínco, perseverancia y lo mas importante fe, podemos lograr todos los sueños, por mas grandes, difíciles, inalcanzables y idealizados que parezcan. 

En el evangelio de Lucas, capitulo 5, de las Sagradas Escrituras, en los versículos 4 al 6 Jesús invita a Simón: Lleva la barca mar adentro, y echen las redes para pescar. Simón respondió: Maestro, por mas que lo hicimos durante toda la noche, no pescamos nada; pero si tu lo dices, echare las redes” Simón en ese momento, estaba al igual que nosotros, quizás cansado de tratar de alcanzar los sueños.  Hemos pasado lo que hemos vivido en una búsqueda sin tregua por un mejor porvenir.  Pero quizás aun, debemos intentar alcanzar aquellos sueños, que aun guardados muy bien, en un cofre pequeño en el fondo del alma, que espera anhelantes, ser sacados a la luz, y abrirlo para así, saborear el sabor del triunfo, con la certeza  de que agarrados de Dios, no solo lograremos esos sueños, que a partir de ahora, ya no son imposibles, sino que además esos hermosos sueños, se convertirán en una cadena de sueños realizados y seremos entonces personas exitosas y felices.

Acabemos de una vez con el miedo al fracaso. Echémoslo en el fondo del mar.  Comencemos a pensar que  Dios nos dice, vuelve a intentarlo.  Comienza de nuevo la universidad.  Coge el periódico y busca vacantes para un mejor puesto.  Haz la maestría que sueñas.  Toma un préstamo y pon el negocio que tienes en tu corazón.  Esfuérzate y se valiente, porque nuestro Padre celestial, esta velando por nuestros sueños y desea que no perdamos la fe, desea que por el contrario hagamos lo mismo que Simón, que aun cansado de intentarlo, sin fuerzas para seguir, escucho la voz de Dios que le dijo: Adelante, a mar adentro, tira las redes.  Porque como sigue el versículo 7 del mismo capitulo de las Sagradas Escrituras: “Así lo hicieron, y pescaron tal cantidad de peces, que las redes casi se rompían”

A Dios le encanta la perseverancia, la paciencia y la fe absoluta en su poder.  Si la tienes nada es imposible para ti.