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Aportes de Patricia Landolfi

Cuando tus ojos se dirigen a las cosas que no se ven…

Cuando tus ojos se dirigen a las cosas que no se ven…

Esa es la mejor manera de ver las cosas.  Sin nos detenemos a ver lo tangible nuestra vista se limita, se escurre en la capacidad visual que cada ser humano tiene, no vemos mas allá de nuestras narices, como dice el refrán.  Pero, si por el contrario, dirigimos nuestro mirar a aquello que no se ve, cuantas hermosas promesas vemos realidad. 

Es ver con ojos de fe.  Es creer las promesas de vida eterna, que Dios nos dice en su palabra.  Es así de fácil y al mismo tiempo para aquellos que no tienen fe, así de difícil.  La diferencia es un grano de mostaza.

¿Cómo que un grano de mostaza?  ¿Alguien ha visto uno?  Encima de mi escritorio tengo uno que me regalaron hace ya muchos años.  Día a día, antes de iniciar mi jornada laboral, lo veo y me maravillo de su tamaño real.  Es tan pequeño, que lo pudiese comparar con una hormiguita. Esa ínfima partícula, es la medida de fe que Jesús nos dice que necesitamos para mover montañas.  Cada vez que me siento decaída, desanimada, ofuscada, triste o confundida, llenando mis ojos de lo que veo a mi alrededor, dirijo mi mirar hacia ese granito de mostaza, y repito la promesa de mi Jesús es este sentido:  si tuvieses fe del tamaño de un granito de mostaza le dirías a esa montaña, muévete y se moverá.    Has visto una montaña,  es algo majestuoso, imponente.   Podrías con la fe de un tamaño tan pequeño, mover montañas, y aun te quedarían fuerzas para seguir adelante. 

Pues es ahí, que dirijo mi mirar al cielo, y cuento las estrellas del firmamento.  Cuantas hermosas, brillantes y relucientes estrellas iluminan nuestros cielos.  El hace todas las cosas.  El dirige el mundo y su plenitud.  ¿Acaso El no puede hacer todas las cosas?  Entrégale a El tus caminos, dirige tu mirar a las promesas de El, y El hará.

Mañana será otro día

Mañana será otro día

¿Estas pasando un momento difícil?  ¿No puedes creer que te esta sucediendo eso, que te golpea?  El dolor es profundo, agudo, intenso. El corazón te oprime, y piensas que el sufrimiento es tan grande que vas a sucumbir.

A Jesús le paso, la víspera de su crucifixión.  Allí, en el monte, en Getsemani, oró, lleno de temor, con un dolor inmenso por el cáliz que se avecinaba.  Pero en ese temor, Dios lo fortaleció.  No cambió la historia.  Llego el día del vía crucis, pero existía la hermosa promesa de la resurrección.  A partir de ese momento, cada cruz, cada tormento, cada vía crucis, tiene victoria.  Solo con tener nuestro Getsemani, solo con un orar profundo, lleno de esperanza en Dios, tendremos la fortaleza para pasar nuestro tormento y terminar con el dolor.

Hasta El padeció  ansiedad.  Hasta El sintió que el cáliz era muy duro, muy fuerte para atravesar.

No te sientas mal, si alguna vez sientes miedo.  Miedo de atravesar una situación difícil. Miedo de perder algo que amas.   Encomienda a Dios ese miedo y pídele fortaleza.  Puede ser la mas difícil y dolorosa situación, El te dará paz. 

No cambiara la situación.  No se esfumaran las circunstancias espinosas, es mas, puede que  aun queden momentos de mayor angustia, de mayor desazón.  Pero a partir que Dios te de fortaleza, te inunde de paz, todo será diferente.  Habrá momentos difíciles, pero no intranquilos.  Habrá momentos tristes, pero con inmensa paz.  Habrá momentos de lágrimas, pero no sucumbirás.  Porque en esos momentos intensos, en esas horas interminables, El cuidara de ti, y estarás envuelto en unos tibios y dulces brazos que te rodearan y  cubrirán, y serás cubierto con el manto de Jesús.

Comienza desde ya a pensar que mañana será otro día, entrégale a El tu dolor.  Entra en tu habitación, cierra la puerta, y ora tu Getsemani. El dolor amainara. Jesús te fortalecerá.  Y llegara el momento de tu resurrección. 

¿Cómo está tu jardín?

¿Cómo está tu jardín?

El jardín es un lugar donde podemos disfrutar de la naturaleza, ver la diversidad de plantas que cultivamos con las diferentes flores con sus exóticos y variados coloridos.  Mi madre le fascina el jardín.  Cultiva con esmero sus plantas, las abona, las riega en tiempos de sequia, conversa con ellas, y respira con deleite sus fragancias al caer la tarde.  Cada brote lo disfruta con tanto entusiasmo, me llama a ver los avances de cada flor y le ha transmitido a mi hija ese gusto por la naturaleza.  A veces, es mi hija que la llama para ver cualquier  novedad  con un entusiasmo rebosante.  Disfrutan el variado colorido que existe con la diversidad de plantas que mi madre ha cultivado.  Este jardín, para nosotros es un regalo de Dios, cuidado, mimado y protegido por mi madre, con esmero y verdadera devoción. 

Un día, estamos las tres disfrutando de este pequeño paraíso mientras  conversábamos sobre el progreso de unas plantitas recientemente sembradas.  ¡Mira mami, decía mi hija, ya tiene varias ramitas!  ¡Y aquella de allá, ya le están naciendo flores! qué lindo es Dios, prosiguió; que cuida también de nuestro jardín.  Así es, mi madre le dijo, así como Dios nos permite tener florecido este jardín, también nos permite cuidar nuestro jardín interior.  Sacando de nosotros las malas raíces que puedan crecer en nuestra alma, como los sentimientos negativos, y dándole ternura y amor para abonar nuestro ser.

Entrégale a Dios tu corazón,  deja que el atienda con esmero tu alma, entonces tu alma será como tu jardín,  lleno de belleza y colorido, dándoles a otros las flores que emanan de ese edén que está en tu corazón.

Tú eres el protagonista.

Tú eres el protagonista.

Se acerca el día de las elecciones, y tú eres el protagonista.  Como ciudadano, debes ejercer tu derecho al  voto.  Pero debes hacerlo con consciencia.  Debes someterlo a oración y pedirle a Dios que te instruya a votar por el candidato que El ya seleccionó en su soberanía.  Todos somos responsables de nuestros actos, y debemos portarnos como  ciudadanos ejemplares e ir gozosos a participar  en la selección del hombre que guiara los destinos de nuestro país con sabiduría de lo alto. No abandonemos  este derecho por desidia o abandono.  Es un deber como ciudadano, participar en esta elección tan decisiva para los proyectos de nación.  Tu voto es importante.  Tu elección consiente será parte de la selección del líder que llevara las riendas de nuestro país. 

Como protagonistas, debemos actuar con serenidad,  aplicando el buen comportamiento y la ética, en cuanto a respetar las opiniones de los demás ciudadanos.  "El respecto al derecho ajeno es la paz" proclamo una vez el líder mexicano Benito Juárez, y que gran verdad.  Reflejemos este día lo que somos, un país civilizado, maduro y pacifico, que siempre ha tenido en alto, la voz de Dios desde el mismo día que se declaro nuestra Independencia.   El lema de nuestra bandera es un versículo bíblico: “y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” Juan 8:31. 

Hagámonos coparticipes de esta fiesta nacional, donde elegiremos con sabiduría  y sensatez el dignatario que nos representara frente al mundo. Aquel que con conocimiento buscara  los mejores planes de acción para enfrentar los retos que tenemos por delante como país en desarrollo.  Aquel que refleja cordura y coherencia en su accionar, y sobretodo humildad.

Seamos protagonistas de esta historia, pero buenos protagonistas, para que recordemos con alegría esta gran fiesta, para luego sentir gozo y  paz por haber continuado avanzando, como ciudadanos, como país, como nación frente a los retos del mundo actual.

¿Y tú, impulsas a tus hijos?

¿Y tú, impulsas a tus hijos?

 

Los padres son en gran parte, los arquitectos de la vida de los hijos.  La influencia positiva, los consejos, el ejemplo, son elementos vitales en una enseñanza.  Si bien es cierto, algunas veces, con todos estos factores a favor, la respuesta de los hijos no es la esperada, pero la mayoría de las veces, el buen guiar de los progenitores, hacen en los hijos, pilares de la sociedad.

¿Cuantas veces, hemos oído, de grandes hombres de la sociedad que con su buena semilla, dan iguales hijos, y se va creando una herencia bendita que va de generación en generación?

Grandes hombres, grandes padres dice un adagio, o de tal palo tal astilla.  Pero es muy importante, el eslabón estrecho de cofradía, amor y amistad que debe existir entre los padres y los hijos.

En días pasados, leí un articulo sobre la vida de Bill Gates, y la relación que llevo desde pequeño con sus padres fue sin lugar a dudas, parte fundamental en su preparación para lo que el es hoy en día.  En el artículo, destacaba lo rebelde que fue Bill en la adolescencia, y como sus padres lo manejaron.  No hubo maltratos, ni bochornos, porque el tenia arranques de personalidad.  Incluso llegaron a llevarlo a psicólogo cuando vieron que su chico se podría escapar de las manos. La madre de Bill, llevaba la voz cantante, en cuanto a modales y ser buen anfitrión cuando llevaban invitados a la casa.

Luego, cuando Bill decidió dejar la Universidad, para montar Microsoft, ellos, se conformaron, aunque debió ser difícil para ellos, dejar que su hijo, antes de graduarse, decidiera su camino por otro rumbo.

A la hora de ver que Bill estaba ganando tanto dinero, la madre de Bill se empeño en que donara dinero para acciones de beneficencia.  Bill, mostro resistencia al principio, pero la tenacidad de los padres para que Bill dedicara dinero al bien social venció, y hoy en día, Microsoft dona muchos millones de dólares para hacer obras de bien social.  Bill, de niño rebelde, al hombre de progreso más rico del mundo, le debe esto, no solo a su inteligencia, sino al impulso dulce pero enérgico que le dieron sus padres para su beneficio y felicidad.

Patricia_Landolfi04@yahoo.com

Y ahí esta ella, incondicional

Y ahí esta ella, incondicional

Recuerdo verla firme y decidida, a través de mis días.  Aun hoy, lo es, incondicional para con nosotros.  Nunca esta cansada para darnos una mano, un consejo, un abrigo, un abrazo, una tizana cuando el viento sopla fuerte y solo necesitamos compañía, tizana y silencio.

 Nunca esta durmiendo cuando sabe que la necesitamos.  Nunca falla a la hora de ejercer su rol de madre.  Unas palabras acariciantes, estimulantes,  cuando los tropiezos hacen ronchas y duelen.  Ahí, mi madre esta presente, estoica, inconmovible. Es un ser verdaderamente excepcional. Nunca se cansa de aconsejarnos, de darnos mimos juiciosos y consejos sabios, desde el amanecer hasta las últimas palabras de la noche. 

Sabe cuando estamos taciturnos y distantes, aun con la más grande de las sonrisas.  Aun escuchando mi voz al teléfono sabe mi estado de animo. 

Siempre dispuesta, siempre atenta, siempre comprensiva, es realmente un tesoro. Atina una anécdota aleccionadora en cada momento de nuestras vidas.  El consejo vivaz esta a la orden del día.

Un abrazo calido al sentirnos desanimados y un beso expresivo cuando la alegría nos envuelve.

Inculcadora de fe, de alegría y optimismo, siempre contenta con los tesoros que la vida le ha deparado.  Aun cuando quizás, esos tesoros estén rodeados de enormes espinas, como las hermosas rosas, ella aun así, aprieta las espinas con fuerza y decisión, pues entiende que las espinas hacen que la vida enseñe y sus marcas sellen el amor incondicional de la maternidad.

Para mi madre no es fácil, se madre.  Para mi madre, la vida le puso el camino empinado, la cuesta angosta y la marea reacia.  Pero a ella le parece la cuesta ligera, ancha y mansa.  No se queja, simplemente agradece poder ser madre y bendice con oraciones, dedicación y esmero el maravilloso don de la maternidad.

Es una heroína que disfruta a plenitud las batallas que tiene que vencer día a día.

Disfruta y recibe con optimismo, valor y fuerza aquello que envuelve su maternidad con un semblante agradecido y  me enseña cada día que ser feliz es una cuestión de fe, optimismo, amor y entrega incondicional.

¡Gracias Madre del alma!

Patricia_Landolfi04@yahoo.com

Nada hay más perfecto que el amor.

Nada hay más perfecto que el amor.

 Es oportuno aun que hablemos de ese sentimiento destacando su definición más benigna y sublime: Corintios 13. Es que las palabras que definen al amor en ese hermoso pasaje de la biblia son reales.  No podemos sentir ese sentimiento sin concertar todas las reflexiones de ese cántico de amor. No importa que tengamos todas las cosas materiales del mundo, si no tenemos el amor a nuestro lado parecería que no tenemos nada.

Es que todas las cosas sin amor carecen de sentido.  Podemos tener éxito en nuestras vidas, haber llegado tan lejos como nos habíamos propuesto, ser laureados con reconocimientos y meritos y si no tenemos a la persona amada a nuestro lado ¿de que nos sirve?

Aprovechemos el momento y reconozcamos nuestros sentimientos a la persona que amamos.  Digámosle lo importante que es y lo tanto que la amamos.  No desaprovechemos la oportunidad que nos brinda nuestro Dios para expresar nuestros sentimientos. No dejemos para mañana, decir lo importante que es ese ser en nuestras vidas.

Cuando sentimos ese amor en nuestros corazones podemos lograr todo.  Nos da fe, nos da esperanza, nos da fuerza, nos llena de alegría y felicidad, pero que hacemos si en lugar de darle el sitio ideal en nuestro corazón lo dejamos de lado, pensando que hay prioridades que atender?  Pudiera ser tarde cuando regresemos a disfrutar de ese amor.  A lo mejor se ha ido, a lo mejor emigró hacia otras tierras  donde no se sienta en medio del desierto esperando un detalle de amor.  Vamos es hora de darle gracias a Dios por ese amor tan lindo que sientes.  Expresa tus sentimientos. Da sin limites, espera sin limites y vive ese amor intensamente.

Es que amar es la mejor sensación que nos sucede.  Sentir esa plenitud que solo se siente estando al lado del ser amado.  Cuando se entrelazan las manos.  Cuando tienes la oportunidad de estar cerca,  reír juntos, mirarse a los ojos y contemplarse.  Esperar las mismas cosas, tener los mismos sueños, las mismas esperanzas. 

Disfrutemos del amor en todo su esplendor.  Hagamos a un lado las cosas menos importantes.  Disfrutemos a plenitud del amor para siempre. Y cuando tengamos la oportunidad de decir lo mucho que amamos, hagámoslo sin esperar nada a cambio.  Sencillamente expresemos nuestros sentimientos.  Miremos a los ojos  y digamos lo mucho que amamos.

“Es que el amor es paciente y comprensivo. El amor no tiene celos, no aparenta ni se infla. No actúa con bajeza ni busca su propio interés, no se deja llevar por la ira y olvida lo malo.  No se alegra de lo injusto, sino que se goza en la verdad. Perdura a pesar de todo, lo cree todo, lo espera todo, lo soporta todo.” Corintios 13 6-7.

No hay nada más perfecto que el amor.

 

Amar sin límites

 

Hasta el fin de nuestros días debemos amar al prójimo.  Debemos querer a todos con sus defectos y virtudes pues al amarlos las irradiaciones de amor hacen eco en los sentimientos de los demás.  Dejar a un lado los sentimientos mezquinos, para abrazar con fuerza los que hablan de amor y de concordia.  Ese es el verdadero secreto para la paz. Y la paz trae mansedumbre y la mansedumbre trae felicidad.

¿Como dejar a un lado las heridas? Si.  Podemos hacerlo, y convertir esas heridas en canales de amor para los otros.  Es cuestión de perspectiva.  Conversando con Dios, exponiendo los problemas, los fracasos, las traiciones que a veces nos sorprenden de los más íntimos amigos y asimilando que ni Jesús fue excluido de esa clase de situación humana.  Porque El, en su condición de heredero del trono celestial, no fue excluido de traiciones de sus mas íntimos amigos, ni de vejámenes, ni de calumnias, ni de infamias, vendido por unas miserables monedas de plata.

¿Acaso El, no era también de carne y hueso?  No sentía en su corazón, amor a sus inseparables amigos, Judas y Pedro.  Claro que si.  Y le dolió en el fondo de su corazón que ellos, le dieron la espalda en su momento.  Entonces, cuando le contamos nuestras tristezas, nuestras desilusiones y pesadumbres para con los creíamos nuestros amigos El pacientemente, nos escucha y nos baña con ese refrescante manantial de amor, y convierte esas heridas en ríos de amor y consuelo.

Es así, que nuestras tristezas se convierten en alegrías, nuestras lágrimas en sonrisas y podemos darle a todos  nuestros semejantes gotas de amor y consuelo para sus vidas.

Cambiemos el rencor por oraciones para nuestro prójimo, extendamos nuestras manos para levantar a nuestros hermanos, sean estos como Judas o como Pedro, no importa, el gesto de amor cambiará sus actitudes para con nosotros.  Expresemos nuestra alegría y amor para con todos, eso hará en nuestro círculo que el amor de Dios se propague como la pólvora, la armonía y la paz no solo brillara en nuestros corazones sino que también, habremos hecho una obra maravillosa en nuestros corazones.

Hagamos como hizo Jesús, en el mismo instante de estar colmado de injusticia amemos a nuestros semejantes sin límites, con entera dedicación y entrega,  elevemos una plegaria al Altísimo, para que nos haga humildes de corazón, pues el amor lo soporta todo.

¿Y tu…porque lloras?

¿Y tu…porque lloras?

 

Lloro por las noches sin estrellas… cuando la luna nefasta se esconde haciendo huelga y permite que llore el cielo en tormenta…

Lloro por las madrugadas sin rocio cuando las flores lloran la ausencia fresca de sus gotas…

Lloro por aquellos que sufren en silencio… cuando sus deseos son truncos, sus pensamientos  en silencio se abaten para huir del abismo…

Lloro por las almas sin rumbo…cuales gritan sus cuitas suplicando te quieros

Lloro por las promesas vanas… los vaivenes  de las caravanas…las canciones sarcásticas… donde no hay mas que brumas y desvelos callados…

Lloro por las cosas que he creído ciertas y son falsas, las verdades falacias, los embustes medias tintas… las auroras crepusculares, las sinrazones amuletos…

Lloro por el Cristo en la Cruz,  por su pasión desnuda… donde a tientas entrega su amor en el cáliz de su sangre…

Lloro por el hambre del mundo…donde los protagonistas acceden a mendingar migajas del pan cotidiano…

Lloro por los días sin sol…Cuando amanecen cadáveres por sin razones aparentes… cuando solo en las noticias se ven los crímenes crueles enfundados en motivos intangibles…

Lloro por los sueños sin padrinos… los días cabizbajos…los ruidos perdidos…

Lloro por las injusticias, las ausencias, las perfidias, las aflicciones, las traiciones, los tormentos abismales…

Lloro por el Cristo en la Cruz, el cual en su cáliz entregaba su vida a cambio de estas contradicciones…

Lloro por la arrogancia, la altivez, la avaricia…Lloro por el materialismo agudo, donde prima el metal y no la esencia…

Lloro por el vuelo desesperado del pájaro sin nido…

Lloro por la soledad perenne de los huérfanos silentes…

Lloro por los callados, los oprimidos…

Lloro por aquellos que no aman…

Lloro por aquellos no amados…

Lloro por el Cristo en la Cruz, atormentado pero decidido, enaltecido por la gloria de saber que estaba salvando todas las almas…

Y aun lloro por el Cristo en la Cruz, el cual sufrió el cáliz por nosotros…

Lloro por el firmamento sin estrellas…

Lloro por los corazones rotos..., ávidos de ternura, anhelantes de amor, rotos por sueños idealizados pero truncados… rotos por ausencia de afectos… rotos por amores condenados …rotos por crueldad…rotos por indiferencias…rotos por las lagrimas del Cristo de amor por nosotros.

Porque de la abundancia del corazón habla la boca

 

 

...Porque de la abundancia del corazón habla la boca, evangelio de San mateo, capitulo 12 versículo 34.

En este conversatorio del Maestro con sus discípulos trataba de indicarles con palabras sencillas que el espejo del corazón es lo que damos a nuestros semejantes. Si tenemos un corazón henchido de amor, repartiremos sin reparo ni medida amor a los que nos rodean.  Cuando escuchamos gente que no analiza y medita antes de hablar, entendemos que son personas que no tienen  su corazón perfumado con ese aroma indescriptible y único que emana de aquellos corazones llenos del amor de Dios.  

El maestro aquel día nos quiso alertar en este aspecto, en el contexto de advertencia. 

Estas palabras contundentes hablan de cómo podrían ser los seres humanos portadores de medias verdades, y peor aún, mentiras  inventadas para beneficios personales.

Limpiemos nuestros corazones, seamos colaboradores, dejemos las mezquindades  que empañan el corazón y  dañan nuestro espíritu con sentimientos perversos.

Adentrémonos en una autoevaluación para ver si este diagnostico del Maestro  es una realidad en nuestras vidas, si  lo es, entonces ¡enhorabuena! Si  no lo es, limpiemos el corazón, y de ahora en adelante,  nuestras  palabras estarán perfumadas con el aroma más delicioso que podemos derramar: el aroma del amor.

Cultivemos hermosas cualidades como son la paciencia, mansedumbre, discernimiento, dominio propio, y hagamos un huerto en nuestro corazón con estas grandes virtudes, y entonces, podremos brindar al mundo estos deliciosos frutos y esparcir con nuestras actuaciones esa gran cosecha  de amor.

 

 

 

 

                                                                                   

Yo te llevo grabada en mis manos.

 

Cuando queremos expresar un agradecimiento, un reconocimiento de una labor realizada, un galardón por un esfuerzo hecho, una trayectoria de vida, pensamos en una placa, una bandeja grabada, un pergamino.  Pensamos en dejar esculpido en materia ese logro, galardón, orgullo, para que a través del tiempo eso quede grabado y no quede en el olvido.

 A lo mejor no es buen momento para ti.   Quizás, tienes grandes problemas y nadie tenga deseos de darte una placa de reconocimiento.  No eres bueno para nada en estos momentos.  Te dan la espalda, y te cierran las puertas.  No sabes que hacer.

 Si vas a las escrituras, y buscas el libro de Isaías, precisamente en el capitulo 49, versículo 16, Dios te da la gran sorpresa: Yo te llevo grabada en mis manos, siempre tengo presente tus murallas.

 Tu Padre, te tiene esculpida en sus manos.  No en metal, ni en papel.  No es un pergamino, que en algún momento se estropee porque se humedezca, o se maltrate por el hollín.  NO.  Es en sus preciosas manos, que te ha tallado, y a colocado la frase: i Eres mi amado hijo! I Siempre te amare!.  No hay condicionantes en esta escultura.  No hay, Si haces esto, o si logras aquello.  NO.  Solo está tu nombre  y el gran amor que siente por ti.

 Con este tallado en sus manos te invito a sentirte ganador del más grande galardón.  Estás en primer lugar en su corazón.  No importas si estas destruido.  Si tus esperanzas están en rojo, tu tanque de amor esta en reserva.  Todos te han fallado. 

 El hoy, te ha entregado su placa de amor para ti.  En sus manos, tallada.

Estas en el umbral de la gracia divina.

  

Cuando lees este título, sobre todo hoy, quizás piensas que estaré hablándole a otra persona y no a ti.  Pues te equivocas.    Estas exactamente en el umbral de la gracia.  Y ¿porque lo sé?  , pues porque todos estamos en ese umbral, y solo basta una decisión, y tendremos la gracia ilimitada de Dios.

La gracia de Dios espera que estemos abatidos, para que por medio de la oración, llegue la paz.  Esto  es gracia.  Cuando nos sentimos derrotados, hemos tirado la toalla, no podemos mas, y clamamos en medio del llanto y dolor a Dios: si en verdad existes, i dame paz! Y de repente nos calmamos, y cesamos el llanto, y comenzamos a ver una nueva luz; eso es Gracia.

 Lástima que tengamos que llegar al límite para entrar en esa gracia magnifica, abúndate y sobreabundante que está a nuestra disposición siempre.   Esta gracia puede cambiar nuestras vidas.  Sin llegar a la desesperación para buscarla.  Entremos en comunión con el Padre, para cosas simples.  Para pequeñeces que nos preocupan, porque estamos en el siglo de las preocupaciones sin importancia.  Nos preocupamos por no llegar tarde al gimnasio.  O porque no se ha dado ese negocio goloso que tanto has deseado.  O porque tu carro ya tiene cinco años, y todos en el vecindario lo  han cambiado y tu no.  O porque debes hacer que respeten tu jerarquía, a fin de cuentas, te acaban de ascender y todavía no se acostumbran a tratarte con el debido “repeto”.  Te preocupas por banalidades.  Cosas sin sentido.  Llegas a un punto que te agobias por situaciones  tontas.  Haz un alto en el camino.  Practica la humildad.  Desecha todo aquello que te arranca la paz.  Olvida las banalidades del mundo.  Pon en oración, todo lo que te preocupa, aun aquello a lo que llamo pequeñez.  Todo lo que te preocupa te aleja de la gracia de Dios. Solo Pide Gracia, y entras en ella

Prosigo la meta.

 

 

Esta frase es estimulante.  No se detiene.  No piensa en los obstáculos.  En las pérdidas.  En los sufrimientos.  Piensa en lo que está delante.  No se paraliza por miedo.  No le estorba la traición.  Ni mucho menos los fracasos.  Esta frase es parte de una carta de Pablo a Filipos, luego de cárceles, persecuciones, traiciones, detenciones, hambre, desnudez.  Nada detenía a Pablo en el camino a Cristo.  El no era el centro.  Su centro era Cristo, y seguirlo hasta el fin era su propósito supremo.  A él le daba lo mismo, tener libertad, como estar en prisión.  A él solo le interesaba ser semejante a Cristo.  En el capítulo 3, de Filipenses,  versículo 14: prosigo a la meta, el premio del Supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesus.

Es importante señalar que la vida de Pablo, luego de su conversión, estuvo llena de adversidades, tribulaciones, incluso un aguijón de la carne, el cual, había sido dejado por el Padre según sus mismas palabras: 2 Corintios, capitulo 12 versículos 8 y 9: respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mi.  Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad.

Viendo de nuestro punto de vista carnal, podríamos pensar que Pablo pudo haber reflexionado así: ¿Pero,   como va hacer esto?  Yo, servidor tuyo, que vivo predicando el Evangelio, atendiendo tu pueblo, pasando necesidades, afrentas, pleitos, amenazas, curando enfermos, echando fuera demonios, no puedes sanarme?.  Más aun, no fue así como Pablo reflexionó, sino que con estas palabras, asumió el aguijón como la debilidad que lo acercaba al Señor y concluía con estas hermosas palabras de aceptación y gozo en medio de la prueba:  Por tanto de buena gana me gloriare, más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.

¡Mientras esperas un milagro, trabaja!

 

 

Cuando estamos abatidos frente a una situación difícil, nos afligimos, nos postramos, y no tenemos deseos de nada.  Simplemente, nos encontramos  mirando el reloj, desesperados esperando el milagro.  Pero, podríamos hacer cosas útiles mientras esperamos confiados que Dios escuchara nuestras peticiones. 

Si nos concentramos en hacer las cosas bien, si trabajamos con ahínco, si extendemos la mano a los que necesitan más que nosotros, y nos concentramos en ayudarlos, nos sentiremos mejor, nos distraeremos de nuestras propias circunstancias, y entraremos en sintonía con el plan de Dios para nuestras vidas.  Hasta llegara el momento, en que no nos acordemos que estamos atribulados.    Porque Dar es mejor que recibir.  Ayudar es la terapia infalible a la desazón.  Extendamos la mano al hambriento.  Vistamos al desnudo, visitemos al enfermo.  Siempre hay personas que necesitan más    que nosotros mismos.  Hay mucha necesidad y pocos obreros.  Vamos a darle la mano al Padre, necesita  de ti.

Si en vez de postrarte en tus lamentos, te unes a un grupo de acción social, estarás gastando tus energías en algo positivo. Ensancha tus fronteras.  Has de tu vida un plan inagotable de hacer cosas agradables a Dios. 

Pero espera.  No me mal interpretes.  No te digo que no te aflijas por tus problemas, sino que en vez de acariciar las penas,  levantémonos y ayudemos a otros a superar las suya, mientras nuestro Padre trabaja en las nuestras.  Desde una palabra de consuelo, una solidaridad de compañía en un momento de aflicción, un gesto de amor en un trance desesperado, una mano amiga en  momentos de desconsuelo. 

La cooperación con los demás, es el remedio infalible para disipar las penas. Inténtalo.  Párate de tu letargo, extiende los brazos y ensancha las fronteras de tu corazón.   Pregúntate quienes a tu alrededor, necesitan de ti.  Y enseguida aparecerán múltiples necesidades que tu, como buen soldado de Cristo, puedes suplir. 

En la recta final

 

 

Solemos tomar varias actitudes cuando estamos en la recta final de un proyecto, un sueño, o la vida misma.  Solemos tirar la toalla.  Y es que, como seres humanos vulnerables y débiles, cuando estamos en la recta final, se nos hace largo y cuesta arriba llegar a la meta de la misma manera que comenzamos la jornada.

Muchas veces, bajamos la velocidad, y empezamos a arrastrarnos en lugar de seguir con impulso a la meta soñada.  Nos cubrimos con un manto invisible llamado dejadez, y nos vamos tropezando en el camino de la desidia. 

Generalmente sucede esto en nuestras vidas, pero si tomamos la decisión de no dejarnos ganar por esa sensación de cansancio,  nos enfocamos en la meta, ganando terreno con oración sin cesar, esperando en el Señor que nos supla de ánimo y coraje para cumplir con el propósito anhelado, con esta llama encendida, encontraremos que cada día, abriremos la ventana al deseo de no solo completar esa meta, sino seguir adelante con el propósito que Dios tiene para nosotros, como lo dice Pablo en la carta al pueblo Éfeso: Capitulo 1, versículo 8 y 9: “Que hizo sobreabundar para con nosotros sabiduría e inteligencia, dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo.”

Así que si Dios nos promete, sabiduría e inteligencia, para seguir adelante, no podemos bajo  ningún concepto, dejar sin terminar nuestros proyectos, por obstáculos que suelen presentarse en el transcurso de los mismos, o en la recta final, para que nos desanimemos y no ganemos la batalla a que hemos sido llamados.

Cambiemos la visión de la recta final, ya sea una tesis, un proyecto de grado, la edición de un libro anhelado, los ahorros para comprar una vivienda, el sueño de conseguir una beca, hacernos miembros de una organización para ayudar a los demás, tener una familia, cualquier cosa que hoy en día tengamos entre manos, y nos enfrentemos a la idea de tirar la toalla, recordemos la exhortación de Pablo:  Dios nos capacitó con sabiduría e inteligencia, no solo para terminar un proyecto, sino para proseguir la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.

10 de mayo 2012

Paraíso

 

 

Recientemente estuve de vacaciones.   Viaje a disfrutar de unos días de descanso lejos de mi país.  Para mi feliz sorpresa, las vacaciones no solo me sirvieron para descansar de un agitado año rodeado de responsabilidades y quehaceres, también me sirvió para adquirir una enseñanza que quiero compartir con todos ustedes.  De repente me encontré con un invierno agresivo, que maltrata a las personas de manera dura e inhóspita. Una sociedad que solo piensa en vivir para trabajar y no en trabajar para vivir, (el cambio de palabras  concretamente explica lo radical del proceso). 

Y de repente me enorgullezco de este paraíso terrenal que Dios me regalo como tierra.  Aquí, además de un clima cálido tenemos el famoso fresquito que no arrulla sin golpearnos, nos refresca y nos da esa sensación deliciosa de confort.  Es que nosotros vivimos en una tierra bendita, donde en cualquier lugar nos encontramos con alguien que quiere entablar una conversación, brindarnos un café, darnos una sonrisa, extendernos la mano, regalarnos un abrazo o sencillamente dedicarnos su atención para un simple desahogo.  Nosotros somos una gran familia.  Donde quiera encontramos un primo, un familiar, un amigo de un amigo y la calidez familiar siempre nos rodea. 

Allí sin embargo, las personas caminan a prisa, sin tiempo ni alma, como robots programados para llenar requisitos técnicos.  Agachados bajo las gruesas bufandas, con ipods en sus oídos, café en manos, y mirada perdida, caminan por las calles huérfanos de amor, sin esperanza.  De todas formas, llegan y se van, dia a dia sin esperanza.  No tienen vecinos, no visitan sus enfermos en los hospitales, no tienen encuentros calidos en la esquina, ni pasan por donde la tía a tomar el café después de almuerzo, sencillamente no hay tiempo.  Los días libres son para las compras, la lavandería, y poner alguna correspondencia al dia.  No hay bonches donde los amigos, ni un sancocho para celebrar el feriado, solo trabajo y hastío.

Y de repente me acuerdo de las hermosas palmeras, de las verdes arboledas todo el año, de las  multicolores trinitarias, de los dulces de leche de Jacaranda, de las noches de tertulia por los play off, y me digo, Señor, te doy tantas gracias, pues nos has dado a nosotros el  Paraíso.

 

Pues aunque no florezca la higuera, ni den las viñas uva en adelante….

Mis aportes

Pues aunque no florezca la higuera, ni den las viñas uva en adelante….

 

…”Aunque falte el producto del olivo y se niegue la tierra a darnos pan; aunque no tenga ovejas  el corral y se queden sin bueyes los establos; yo seguiré alegrándome en Yahvé, lleno de gozo en Dios mi Salvador”  libro de Habacuc capitulo 3, versículo 17-18.

Que grandiosa fe la del Profeta Habacuc, que en medio de la carestía mas grande era capaz de seguir adorando, seguir amando a Dios sin reservas.  Sonriente, con la cabeza erguida sabía que Dios siempre estaría allí para socorrerlo. 

Los dominicanos tenemos el espíritu de acero del profeta Habacuc. No sucumbimos en medio de tormentas, carestías, necesidades.  Muy al contrario, en este trance de crisis vivimos con una gran sonrisa en los labios, dando gracias al Creador y encomendando los caminos al Todopoderoso. 

Habacuc se refleja en los ojos de David, un muchacho que limpia los cristales en la Ave. Sarasota, que con empeño y dedicación, sonríe mientras hace su trabajo.  David le falta el brazo y la pierna izquierdos.  Se maneja solo con sus extremidades derechas, pero no por eso deja de sonreír.  No por eso deja de  darte el servicio aunque le digas que no tienes que darle.  No por eso deja de decirte “Dios te bendiga”, al cambiar la luz del semáforo, no por eso deja de desearte buen dia, cuando termina de limpiarte los cristales.  Es que David, es un común Habacuc dominicano, que sabe que su gran Dios tiene control de todas las cosas y que nunca tendrá falta del bien mayor: el bien de la fe.

 David no espera compasión, bajo llovizna, muy dinámico hace su trabajo sin rostro de dolor, de miedo, o mucho menos de inconformidad.  David sabe que todo en la vida tiene su recompensa.

Así como David hay miles de dominicanos que profesan la fe de David, una fe que sobrepasa todo entendimiento. Ellos no tienen miedo de su porvenir.  Están las madres solteras que trabajan de sol a sol para el sustento de sus hijos.  Ellas no tienen tiempo para expresar dolor.  Sencillamente sonríen pues en su corazón brilla el precioso don de la esperanza.  Saben que aunque la carestía se imponga tienen en su haber lo que necesitan para subsistir.  Alargan  los centavos, dividiéndolos como mejor pueden para que el pan siempre este para sus retoños.  Oran para que los caminos se le abran y puedan seguir disfrutando del más preciado regalo que el Todopoderoso nos ha entregado, la vida. 

Nuestro país esta lleno de hombres y mujeres llenos de fe como el Profeta Habacuc.  Siempre tienen a la mano la esperanza, el consuelo, el café calientito para los sueños, las tertulias llenas de entusiasmo en las aceras, y por encima de todo la sonrisa en los labios, con la oración esbozada en su pensamiento: “Yahvé, que es mi Señor, es mi fuerza el da a mis pies la agilidad de un ciervo y me hace caminar por las alturas” Habacuc, capitulo 3, versículo 19.

Lloraba porque no tenia zapatos...

“Lloraba  porque no tenía zapatos hasta que vi un hombre que no tenía pies”

Que lindo proverbio persa, y cuanta enseñanza nos transmite. A menudo escucho verdaderas declaraciones de amargura de gente que no anda conforme a sus posesiones. Esta sociedad consumista, que nos lleva en una carrera sin tregua a estar en el último peldaño de la moda, nos daña y consume, desvalorizando lo que realmente tiene valor en la vida.

Todos tenemos posesiones invaluables y personales que muy pocas veces nos damos cuenta de su existencia,  sólo cuando nos sucede alguna tragedia y perdemos una de ellas. 

Tenemos el órgano de la vista, que nos permite apreciar las hermosas cosas que tiene la vida, los amaneceres, cuando nuestro astro Sol se despierta cada mañana a iluminar nuestro camino. También con la vista apreciamos la tierna sonrisa de un bebé, los hermosos paisajes, y podemos ver a nuestros semejantes.  ¿Pero, en algún momento decimos en nuestras oraciones, Gracias Señor porque puedo ver?

También poseemos el órgano del tacto. ¿Sabes lo reconfortante que es un abrazo? ¿Con que frecuencia agradecemos esto en el momento de nuestras oraciones?

Así mismo, otro tesoro invaluable es el olfato. Dios, que rico es poder llegar a nuestro hogar, y sentir un delicioso aroma a bizcocho recién horneado, o sentir el profundo aroma a flores frescas.

Y poder movernos de un sitio a otro, con nuestros pies, determinar si ya esta bueno de estar sentados o poder sentarnos un poquito a descansar. Pareciera que no estoy hablando de cosas muy importantes, pero si lo estoy.  Esos tesoros todos nosotros los poseemos y quizás, no tengamos tiempo  para valorarlos y apreciarlos.

Es mas probable que la frustración nos invada, si no podremos cambiar el carro este año, si no podemos cambiar el ropero, porque el presupuesto se ha estrechado y  las deudas se elevan, y desperdiciamos un tiempo enorme, anhelando cosas materiales y despreciando inconcientemente esos verdaderos tesoros que todos poseemos.

Este proverbio persa nos pone a pensar en que debemos reorientar nuestros valores en la vida, debemos de apreciar y valorar las fortunas que poseemos y que nadie nos las puede quitar.  Aprendamos a sentir la presencia divina en nuestro propio cuerpo, con esas maravillas que todos poseemos.

Nehemias.

Hagámoslo como lo hizo Nehemias.

En el libro de Nehemias, en las Sagradas Escrituras,  relata como Nehemias se entera de las calamidades que vive su pueblo. Cuando el pregunta por la situación en que se encuentra la ciudad de sus antepasados, le dicen estas funestas palabras:  “Me respondieron:  allá abajo, en la provincia, los que volvieron de cautiverio, los sobrevivientes viven en la miseria y en medio de humillaciones; la muralla esta llena de hoyos y sus puertas quemadas” Nehemias capitulo 1, versículo 3.

Al oír esto, Nehemias quedo completamente consternado.  Aturdido y descorazonado.  Su gente estaba en medio de una tragedia. Y el oró para que Dios lo iluminara y se pusiese en marcha para ayudar a su pueblo.  Pero veamos bien: ¿quien era  Nehemias?: ¿un Gobernante o Rey de la época?  Pues no.  El era el encargado de servir el vino para el rey Artajerjes.  Pero tenía lo más necesario para triunfar, la fe en un Dios Todopoderoso que no ve rangos ni riquezas, sino el corazón de sus fieles.

En ese momento el fue a  hacer su trabajo acostumbrado pero con cara triste por lo que estaba sucediendo con su familia.  Su rey al verle con la cara triste, no acostumbrada en ese fiel servidor, le pregunto: ¿Por que estas triste? No estas enfermo sin embargo hay algo que te preocupa. A lo que Nehemias le respondió: Como no voy a estar triste, si la ciudad donde están las tumbas de mis antepasados está en ruinas, y sus puertas quemadas por el fuego. El rey entonces le respondió:  que quieres? Y ahí Nehemias oro al Señor para que lo iluminara en sus propósitos y le contesto: envíame a Juda, para reconstruirla”

Y así Nehemias logro sus objetivos de partir a reconstruir su ciudad, y dijo: como la mano benevolente de Dios estaba conmigo, el rey me lo concedió todo.

Se imaginan, un mayordomo decidió reconstruir la ciudad de sus antepasados.  Sin fortuna ni ejércitos que lo ayudasen.   Pero nada podría detenerlo.  Bastaban la fe y la ayuda del Altísimo.  Este que nunca falla, no importa las circunstancias que nos lleguen.

Vamos a unirnos todos a reconstruir nuestro país.  Nehemias tuvo éxito.  Hubo gente que trato de desanimarlo.   También tuvieron que luchar contra algunos que se oponían a la reconstrucción de la ciudad.  Siempre hay obstáculos, pero cuando hay fe y buena voluntad se logra el objetivo. 

Reconstruyamos las murallas de la ciudad,  aun cuando el desanimo nos trate de agredir.  Algunos judíos decían: Hay demasiados escombros y los portadores ya no dan más; jamás podremos reconstruir la muralla. Nehemias 4, versículo 4.  Pero Nehemias no desanimaba y en cuanto al desaliento de sus compañeros fue animarlos diciendo: ¡No tengan miedo!  ¡Piensen que el Señor es grande y terrible, y luchen por sus hermanos, sus hijos, sus mujeres y sus casas!

A trabajar se ha dicho.  No miremos los escombros, tratemos de elevar nuestra mirada al firmamento.  Y podremos decir como el mismo Nehemias afirmo en el capitulo 6, versículos 15-16 “Se termino la muralla el veinticinco del mes de Elul; se la habia reconstuido en cincuenta y dos dias.  Cuando nuestros enemigos supieron esto, todas las naciones que estan alrededor de nosotros tuvieron miedo y se acobardaron.  Tuvieron que reconocer en eso la obra de Dios”.

Adelante, logremos la reconstrucción, agarrados de la mano del Altísimo, y logremos rehacer nuestro país

Charles Spencer Chaplin

Charles Spencer Chaplin

¿Quien no ha oído hablar del famoso Chaplin? Icono de la cinematografía, director, guionista, músico y personaje principal de sus creaciones. Resaltó con su talento y creatividad lo que para algunos hubiese sido el prologo de una vida nefasta y ruin.  En su infancia careció de todo.  Hijo de un alcohólico y una demente, quedo en las manos de la pobreza y orfandad a muy temprana edad.  Paso un tiempo en un albergue deplorable, sufriendo las secuelas de los maltratos de la sociedad de la época hacia la pobreza.  Deambuló junto con su hermanastro por las calles de Londres, haciendo comedias a cambio de monedas para subsistir. Pero Charles utilizó su experiencia como instrumento al éxito.  Con talento y creatividad creo a Charlot, un vagabundo que hacia reír con las cosas que nos hacen llorar.  Y alcanzó la fama y la fortuna por algo que para muchos es tragedia y desilusión.  ¿Cuantos de nosotros, por cosas que nos suceden, hechos trágicos que nos afectan, nos postramos a la pena, y somos victimas de nuestros fantasmas?

Charles no.  Charles supo utilizar su desgracia.  Desarrollo su talento y le expresó al mundo su dolor por medio de la sonrisa.  Agradeció las infamias de la vida con ingenio sin igual.  Se burló de la sociedad que en otra hora lo atacó, lo humilló y lo condenó por ser un necesitado.  A sabiendas de esto, le dejó un legado que perdura a través de los tiempos.  Los principios del camino pueden ser extraños, quizás tristes y solitarios.  Pero nadie sabe como se convertirán esos caminos.  Podrían llegar a ser hermosos valles, praderas infinitas de azucenas y girasoles.  Cambiemos nuestra visión del  presente.  Tengamos en cuenta que un hoy cargado de tristeza puede ser el umbral de un futuro deslumbrante.

Cambiemos lo negativo por positivo.  Explotemos el talento que nos ha dotado el Altísimo. No seamos compasivos con nosotros mismos.  Vallamos a la lucha por nuestros ideales. Si lo nuestro es vender, hagámoslo bien.  Si es la pintura, esforcémonos en hacer lo mejor posible nuestros diseños.  Si cantamos melodiosamente, tratemos de estudiar música y esforcémonos por nuestros sueños.  Si no tenemos cambio para el pasaje a la escuela, caminemos.  Si no tenemos dinero para lograr terminar el mes, oremos a Dios que nos guíe a caminos mas iluminados.  La tristeza de Charles lo hizo crear a Charlot, el personaje que hizo reír a millones de personas.

Cada uno de nosotros tenemos un Chaplin en nuestros corazones, cada uno de nosotros llevamos un niño en el alma.  Solo debemos dejar que salga a flote el niño que llevamos dentro, y cuando lo hagamos, no pensemos en lo que nos pone tristes, sino en como aquello que nos da tristeza, podemos convertirlo en algo que nos haga sonreír.

Quizás no sea inmediatamente, pues a Charles, le tomo unos años, pero con el tiempo cada tragedia, cada lagrima, pueden convertirse en experiencias para compartir y dejar un legado en la sociedad. Como el mismo Chaplin dijo: “El tiempo es el mejor autor, siempre encuentra un final perfecto”.