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Aportes de Patricia Landolfi

Enfrentar las situaciones

Cuando tus ojos se dirigen a las cosas que no se ven…

Cuando tus ojos se dirigen a las cosas que no se ven…

Esa es la mejor manera de ver las cosas.  Sin nos detenemos a ver lo tangible nuestra vista se limita, se escurre en la capacidad visual que cada ser humano tiene, no vemos mas allá de nuestras narices, como dice el refrán.  Pero, si por el contrario, dirigimos nuestro mirar a aquello que no se ve, cuantas hermosas promesas vemos realidad. 

Es ver con ojos de fe.  Es creer las promesas de vida eterna, que Dios nos dice en su palabra.  Es así de fácil y al mismo tiempo para aquellos que no tienen fe, así de difícil.  La diferencia es un grano de mostaza.

¿Cómo que un grano de mostaza?  ¿Alguien ha visto uno?  Encima de mi escritorio tengo uno que me regalaron hace ya muchos años.  Día a día, antes de iniciar mi jornada laboral, lo veo y me maravillo de su tamaño real.  Es tan pequeño, que lo pudiese comparar con una hormiguita. Esa ínfima partícula, es la medida de fe que Jesús nos dice que necesitamos para mover montañas.  Cada vez que me siento decaída, desanimada, ofuscada, triste o confundida, llenando mis ojos de lo que veo a mi alrededor, dirijo mi mirar hacia ese granito de mostaza, y repito la promesa de mi Jesús es este sentido:  si tuvieses fe del tamaño de un granito de mostaza le dirías a esa montaña, muévete y se moverá.    Has visto una montaña,  es algo majestuoso, imponente.   Podrías con la fe de un tamaño tan pequeño, mover montañas, y aun te quedarían fuerzas para seguir adelante. 

Pues es ahí, que dirijo mi mirar al cielo, y cuento las estrellas del firmamento.  Cuantas hermosas, brillantes y relucientes estrellas iluminan nuestros cielos.  El hace todas las cosas.  El dirige el mundo y su plenitud.  ¿Acaso El no puede hacer todas las cosas?  Entrégale a El tus caminos, dirige tu mirar a las promesas de El, y El hará.

Mañana será otro día

Mañana será otro día

¿Estas pasando un momento difícil?  ¿No puedes creer que te esta sucediendo eso, que te golpea?  El dolor es profundo, agudo, intenso. El corazón te oprime, y piensas que el sufrimiento es tan grande que vas a sucumbir.

A Jesús le paso, la víspera de su crucifixión.  Allí, en el monte, en Getsemani, oró, lleno de temor, con un dolor inmenso por el cáliz que se avecinaba.  Pero en ese temor, Dios lo fortaleció.  No cambió la historia.  Llego el día del vía crucis, pero existía la hermosa promesa de la resurrección.  A partir de ese momento, cada cruz, cada tormento, cada vía crucis, tiene victoria.  Solo con tener nuestro Getsemani, solo con un orar profundo, lleno de esperanza en Dios, tendremos la fortaleza para pasar nuestro tormento y terminar con el dolor.

Hasta El padeció  ansiedad.  Hasta El sintió que el cáliz era muy duro, muy fuerte para atravesar.

No te sientas mal, si alguna vez sientes miedo.  Miedo de atravesar una situación difícil. Miedo de perder algo que amas.   Encomienda a Dios ese miedo y pídele fortaleza.  Puede ser la mas difícil y dolorosa situación, El te dará paz. 

No cambiara la situación.  No se esfumaran las circunstancias espinosas, es mas, puede que  aun queden momentos de mayor angustia, de mayor desazón.  Pero a partir que Dios te de fortaleza, te inunde de paz, todo será diferente.  Habrá momentos difíciles, pero no intranquilos.  Habrá momentos tristes, pero con inmensa paz.  Habrá momentos de lágrimas, pero no sucumbirás.  Porque en esos momentos intensos, en esas horas interminables, El cuidara de ti, y estarás envuelto en unos tibios y dulces brazos que te rodearan y  cubrirán, y serás cubierto con el manto de Jesús.

Comienza desde ya a pensar que mañana será otro día, entrégale a El tu dolor.  Entra en tu habitación, cierra la puerta, y ora tu Getsemani. El dolor amainara. Jesús te fortalecerá.  Y llegara el momento de tu resurrección. 

Pues aunque no florezca la higuera, ni den las viñas uva en adelante….

Mis aportes

Pues aunque no florezca la higuera, ni den las viñas uva en adelante….

 

…”Aunque falte el producto del olivo y se niegue la tierra a darnos pan; aunque no tenga ovejas  el corral y se queden sin bueyes los establos; yo seguiré alegrándome en Yahvé, lleno de gozo en Dios mi Salvador”  libro de Habacuc capitulo 3, versículo 17-18.

Que grandiosa fe la del Profeta Habacuc, que en medio de la carestía mas grande era capaz de seguir adorando, seguir amando a Dios sin reservas.  Sonriente, con la cabeza erguida sabía que Dios siempre estaría allí para socorrerlo. 

Los dominicanos tenemos el espíritu de acero del profeta Habacuc. No sucumbimos en medio de tormentas, carestías, necesidades.  Muy al contrario, en este trance de crisis vivimos con una gran sonrisa en los labios, dando gracias al Creador y encomendando los caminos al Todopoderoso. 

Habacuc se refleja en los ojos de David, un muchacho que limpia los cristales en la Ave. Sarasota, que con empeño y dedicación, sonríe mientras hace su trabajo.  David le falta el brazo y la pierna izquierdos.  Se maneja solo con sus extremidades derechas, pero no por eso deja de sonreír.  No por eso deja de  darte el servicio aunque le digas que no tienes que darle.  No por eso deja de decirte “Dios te bendiga”, al cambiar la luz del semáforo, no por eso deja de desearte buen dia, cuando termina de limpiarte los cristales.  Es que David, es un común Habacuc dominicano, que sabe que su gran Dios tiene control de todas las cosas y que nunca tendrá falta del bien mayor: el bien de la fe.

 David no espera compasión, bajo llovizna, muy dinámico hace su trabajo sin rostro de dolor, de miedo, o mucho menos de inconformidad.  David sabe que todo en la vida tiene su recompensa.

Así como David hay miles de dominicanos que profesan la fe de David, una fe que sobrepasa todo entendimiento. Ellos no tienen miedo de su porvenir.  Están las madres solteras que trabajan de sol a sol para el sustento de sus hijos.  Ellas no tienen tiempo para expresar dolor.  Sencillamente sonríen pues en su corazón brilla el precioso don de la esperanza.  Saben que aunque la carestía se imponga tienen en su haber lo que necesitan para subsistir.  Alargan  los centavos, dividiéndolos como mejor pueden para que el pan siempre este para sus retoños.  Oran para que los caminos se le abran y puedan seguir disfrutando del más preciado regalo que el Todopoderoso nos ha entregado, la vida. 

Nuestro país esta lleno de hombres y mujeres llenos de fe como el Profeta Habacuc.  Siempre tienen a la mano la esperanza, el consuelo, el café calientito para los sueños, las tertulias llenas de entusiasmo en las aceras, y por encima de todo la sonrisa en los labios, con la oración esbozada en su pensamiento: “Yahvé, que es mi Señor, es mi fuerza el da a mis pies la agilidad de un ciervo y me hace caminar por las alturas” Habacuc, capitulo 3, versículo 19.

Renacer

Renacer

Admiro a las personas que resurgen de sus cenizas.  Que no se dejan vencer por las caídas y que resurgen del polvo para volver a luchar. El renacer es de los fuertes de espíritu, que nada los derrota, ni los humilla, ni los amáinala.  A la larga, los desplomes se convierten en lecciones, para emprender seguros y decididos el camino al éxito. Han oído la frase, ¿errar es de humanos? Pues, claro, y los errores son lecciones que nos enseñan técnicas para triunfar.  Si.  Anímese, lo bueno esta por empezar.  Los triunfos van ha llegar, solo revistase de optimismo y sobre todo fe. Espere el tiempo para comenzar de nuevo.  Los altibajos nos hacen reflexionar, y decidir que ese camino no es el correcto, que la meta esta del otro lado y que esta anocheciendo pero  el amanecer llegara y el arco iris esta detrás de ese nubarrón. 

Hay que ver las personas exitosas y observar su trayectoria. En algunas ocasiones, han tenido derrumbes, han aprendido la lección, han recargado combustible y han continuado su camino al éxito.  El fracaso, no es más que la antesala de la victoria.

Enhorabuena para los fuertes de espíritu que se ríen de su pasado y abrazan al futuro con fuerza y tenacidad.  Es decisión y firmeza. Y ha empezar de nuevo.  Si. Vamos, manos a la obra.  Tu felicidad esta esperando por ti, solo debes sacudirte la modorra del fracaso, echarla al zafacón y recibir las irradiaciones que emanan de la fe.  La fe en un Todopoderoso que te enseña lecciones de amor con las caídas, que te dice que tienes que detenerte unos segundos y coger impulso para doblar en la próxima esquina, que las decisiones importantes, aun no han llegado, y que lo que ha pasado, por mas grande que te lo imagines no es mas que, lecciones para cuando lo bueno llegue estés perfectamente preparado, no solo para recibirlo sino para disfrutarlo a plenitud.

Es hora de ver la vida con un optimismo arrollador, pues es resplandeciente, hermosa y única. Vale la pena vivirla.  Es un regalo magnifico que Dios nos ha dado, para que disfrutemos cada segundo de nuestra existencia.  Las decepciones, sirven para reflexionar, descansar, recargar baterías y emprender el vuelo.  Un vuelo espléndido que sirve para disfrutar a plenitud las maravillas que Dios nos tiene a cada instante.  Deleitando una buena compañía, un calido beso amoroso, un abrazo apretado, una amplia y reluciente sonrisa, unos ardientes rayos de sol, una brisa marina al atardecer, la cola de un gato acariciándote la piel, el melódico sonido del canto de los pajaritos, el placer de disfrutar de los amigos, una charla animada con los viejos, recordando épocas memorables de nuestras vidas, y un sin fin de cosas que están presentes en nuestro diario vivir.

A recargar las pilas, que las llagas se secaron, se esta haciendo tarde, el éxito aguarda, para colocar en la cima a cada uno de los triunfadores.

Y cuando estemos en la oscuridad, con solo orar, veremos la luz!

¡Y cuando estemos en la oscuridad, con solo orar, veremos la luz!

Todos tenemos momentos tristes, apesadumbrados, cabizbajos, donde todos los intentos de resolver nuestros problemas parecen se fallidos.  Ahí es que Dios nos esta esperando.  Cuando la oscuridad te nubla la razón y no ves mas que obstáculos y problemas, Dios esta cerca de ti, sonriendo, esperando que te lances a sus brazos y la digas: ¡Hazte cargo! Y entonces las tinieblas se convierten en luz, y los problemas, quizás estén ahí, pero tu actitud hacia ellos es completamente distinta. 

Porque lo que no podemos vencer, se transforma de aterrador en alentador, de barrera en oportunidad de crecer, de estorbo, en simple desvío hacia mejores y mas llanos caminos.

Con solo ver la luz de Dios, empezaremos a sentir su luz en nuestras vidas. 

Los problemas siempre están ahí.  Sino no seria vida humana.  La vida es una carrera de obstáculos, los cuales se hacen llevaderos y estimulantes, cuando se corren al ritmo de Dios.  Cuando no, las trabas se convierten en barreras de acero, que no se pueden saltar, ni rebasar, pues el único entrenador capaz de hacernos triunfar en la carrera de obstáculos de la vida, es Dios.

Aprendamos con El, entrenemos con El a lo largo de nuestra vida.  No veamos los problemas cotidianos como barreras infranqueables, no pensemos que nuestra situación es la peor.  Sino muy por el contrario, miremos lo afortunados que somos, con toda la riqueza que tenemos en nuestro diario vivir. 

Tener posesiones materiales no es lo más importante para rebasar con plenitud la carrera de obstáculos de la vida.  Lo esencial es lo espiritual en nuestras vidas.  Abracemos los sentimientos, cantemos alabanzas, ayudemos a nuestros semejantes, regalemos amor, sonriamos con alegría cada día y veamos la obra de Dios en nuestras vidas.

Empecemos de nuevo esta carrera de obstáculos.  Que hoy, empieces a mirar tus problemas de una óptica distinta.  Ya no como oscuros y obtusos, sino como claros y llanos.  Ya, empecemos a entrenar con el mejor entrenador en la carrera de la vida.  Dentro de poco estaremos dispuestos a ganar las olimpiadas de nuestra existencia.  Las medallas serán de amor, de comprensión, de ternura y de fe.  Y luego cuando el tiempo pase estaremos en el Salón de la fama de Dios.

Paciencia en las pruebas.

“Hermanos considérense afortunados cuando les toca soportar toda clase de pruebas.”Santiago 1,2.

Soportar y tener paciencia son las claves para una vida llena del amor de Dios.  ¿Que hacemos nosotros al ser dizque buenos ciudadanos, si nos exacerbamos con nuestros semejantes por cosas triviales? ¿Que hacemos nosotros como buenos cristianos, dando limosnas y a la hora de tratar a nuestros seres queridos gritamos y ofendemos sin tratar de buenas maneras de comprendernos mutuamente? Debemos amar, y el amar da paciencia y dulzura en el trato a los demás.  Errar es de humanos y cualquier fallo se desvanece cuando las buenas maneras, la comprensión y la paciencia llegan de la mano. ¿Como nos sentimos cuando sabemos que hemos hecho algo mal y encontramos comprensión y hasta ayuda en los que nos rodean?  Pues así debemos ser nosotros en todas las situaciones diversas que se nos presentan día por día.  Porque así como nos gusta ser comprendidos también debemos comprender.  Así como nos gusta ser complacidos también es bueno complacer, así como nos gusta ser amados también es bueno amar, así como nos gusta ser escuchados también es bueno escuchar.  Porque la vida es compartir.  Y las situaciones difíciles, cuando son compartidas con amor, paciencia y comprensión se hacen más llevaderas, y las cargas más ligeras y menos agobiantes. La paciencia llevada de la mano de la armonía destruyen cualquier barrera, no importa cuan implacable y e inmensa que sea.

No hay obstáculo cuando se tiene en el corazón la armadura de Dios, compuesta por la fe la esperanza y el amor.  No hay tinieblas que no sean disipadas con estas tres armas infalibles, y cuando una de estas esté  sin cartuchos de repuestos, lo más atinado es buscar municiones suficientes en la paciencia, y luego la paciencia se encargara de buscar los refuerzos necesarios para artillarnos como es debido.  Y cuando menos creamos, la batalla habrá cesado y lo que estar en el horizonte, en el lugar de las tinieblas, serán hermosos rayos de luz que iluminaran de nuevo nuestras vidas.  A tener paciencia, con todo y todos, y veremos que nuestros días grises se volverán multicolores nuevamente.

"No puede impedirse el viento. Pero pueden construirse molinos"

“No puede impedirse el viento.  Pero pueden construirse molinos

 

Este proverbio holandés que me encontré hurgando en una recopilación de proverbios de todas partes del mundo hizo que reflexionara sobre el.  Es certero y atinado a lo que se dice de prever y adaptarse a las circunstancias.  Puede que el viento sople fuerte, y eso es imposible detenerlo, pero puedes utilizar ese viento para que te ayude a tus objetivos.  Construyes un molino y lo que te hacia daño te sirve de herramienta en tu sembradío.

¿Como te vez frente a una crisis? ¿ Te ahogas y piensas que se esta hundiendo el barco, o tomas las medidas necesarias para fortalecer tus brazos y remar contra la marea? La actitud acertada es remar con fuerza, fortalecer los brazos y tener tenacidad en la tormenta.  La ecuanimidad y fortaleza son condiciones que salen de la fe. 

En los momentos de crisis, cuando las circunstancias que nos toca lidiar son extremas, los obstáculos gigantes aterradores, y el viento fuerte y recio, debemos apelar a nuestro Señor, que nos ayude a construir los molinos.  Orar en silencio e implorar fortaleza en esos momentos oscuros.  En lugar de gritar, o tratar mal a los que nos rodean, en vez de ahogarnos en esas situaciones difíciles, debemos cerrar la puerta de nuestra habitación, y en silencio hablar con nuestro Padre celestial.  Pueden ser unos minutos, pero de repente será invadido nuestro espíritu con una paz indescriptible, donde no veremos esos monstruos aterradores devorándonos, si no, muy por el contrario, en el horizonte veremos grandes molinos que utilizaran las ráfagas de viento que en esos momentos azotaban nuestras vidas a nuestro favor.

Debemos pedirle a Dios orientación en todos nuestros anhelos, problemas y situaciones.  Como cada uno de nosotros debemos aprender que no importa la situación en la cual estemos sumergidos en estos momentos, si sabemos construir los molinos, los vientos siempre soplaran a favor de nuestros ideales. 

Puede que en un instante las cosas no sean exactamente como en nuestras expectativas, pero al final del día puede que se hayan tornado diferentes.  Aprendamos que cada instante es único, y los días están repletos de sorpresas.  Solo debemos tener fe en que aunque los vientos soplen fuerte, siempre servirán de motor para los grandes molinos que están construidos en los senderos de nuestra existencia. Aprendamos a construir molinos en lugar de temerle al viento.  Donde hay fe, los vientos fortalecen nuestro espíritu, y ayudan a vitalizar los sembradíos, empujados por los molinos de Dios.

Dios se ocupa del mas minimo detalle.

Dios se ocupa del más mínimo detalle.

A ver, ¿Quién ha leído el pasaje de Daniel en el foso de los siete leones, el cual se encuentra en el libro de Daniel, capitulo 14, 23-42.  Demos un vistazo de todos los pormenores de esta hazaña grandiosa de Dios para con su hijo Daniel.  En ese entonces, el pueblo de Babilonia acusó y pidieron a gritos a Daniel para que no matasen en su defecto al rey y a toda su familia, por el pecado que a sus ojos había cometido Daniel.  El rey amaba a Daniel, pero a cambio de la vida de los suyos y la suya propia, el instinto de conservación pudo más que el cariño. Y adivinen que: Lo echaron al foso de los leones. La más cruel de las sentencias a los ojos de los humanos. Siete fieras, las cuales les daban de comer dos cuerpos y dos ovejas diariamente, y para que devoraran a Daniel rápidamente, no le dieron nada en seis días.  Claro que Dios, no iba a permitir que nada malo ocurriese con su hijo.  Es que el se ocupa de todo.  En otro lugar muy remoto, en esos días, se encontraba el Profeta Habacuc, cocinando un delicioso guiso y picando pan en trozos en una batea, para llevarles esa deliciosa comida a los segadores del trigo.  Pensaba Habacuc, que era para ellos, pero ya Dios había destinado ese manjar para un hijo en problemas. Si vemos en Daniel 14, versículo 34: “El Ángel del Señor dijo a Habacuc: lleva esa comida que tienes en las manos a Babilonia, donde Daniel que esta en el foso de los leones”.  Pero que creen que sucedió: Habacuc respondió: “Señor nunca he visto Babilonia, ni tampoco conozco el foso de los leones”.  ¡Ah! Claro, también Dios se ocupo de eso, porque El, amigos míos tiene todo planificado.  Mando el ángel, lo tomo por la mollera, levantándolo por los cabellos, lo traslado a Babilonia, encima del foso, con la rapidez de un espíritu.  Que me dicen de eso.  Todavía hay dudas, sobre el Plan de Dios.  Habacuc grito: ¡Daniel, toma esta comida que Dios te envía!.  Al pasar los siete largos días, el rey se apareció frente a la cueva de los leones a llorar a su amigo.  Para su mayor sorpresa, ahí estaba su amigo, vivo y coleando.  Es que no debemos temer de nada. De ninguna circunstancia hostil, de ningún problema, ni situación adversa.  Cuando estamos con Dios, el se encarga del mas mínimo detalle.  No solo de darnos paz, de protegernos de la maldad, del egoísmo y de la intriga, sino de darnos exactamente lo que necesitamos.  Habacuc cocino para los segadores, pero realmente cocinaba para Daniel, porque el plan divino es mas alto que el terrenal, y las cosas de Dios, solo El las escudriña.   Nos tenemos que sentir plenamente satisfechos de saber que Dios se ocupa del más mínimo detalle.  ¡Dejemos todo en manos de El, y El hará!

Cuando la vida te presente razones para llorar, demuestrale que tienes mil y una razones para reir.

“Cuando la vida te presente razones para llorar, demuéstrale que tienes mil y una razones para reír” Anónimo

Que hermosas palabras llenas de sabiduría.  A veces se nos viene el mundo encima, cuando nos creamos castillos de ilusiones y se desvanecen en el largo trayecto de nuestras vidas.  Cuantas veces, hemos caído y tenemos que tener ánimo y levantarnos.  Dice un proverbio chino, “si te caes siete veces, levántate ocho” y yo diría que debemos siempre levantarnos, y volver a empezar porque de eso se trata, de no dejarnos vencer por los inconvenientes, ni los desacuerdos, ni las desilusiones, ni los fracasos, ni las vejaciones, ni los obstáculos, ni los atropellos.  Todo eso deben  ser vitaminas fortificadas y energizantes para nuestro espíritu.  Debemos ser en todo y cada uno de nuestros momentos guerreros de la luz, que sacamos nuestras razones para sentirnos felices en medio de la lucha y del dolor.  Porque no todo viene para hacernos daño.  Todo pasa para enseñarnos las lecciones que debemos aprender.

Anda, levántate de tu letargo, enjuágate las lagrimas, arréglate las ropas y se feliz.  Sonríe, pues Dios esta contigo.  En este momento estas en sus brazos, aunque no lo creas.  El lleva tus cargas y enjuaga tus lágrimas, aunque la bruma de tus ojos no deje que veas su hermoso semblante, aunque el dolor de tu alma se tan profundo que no puedas abrir los ojos para ver su hermosa luz resplandeciente diciéndote: “Te amo” y estoy aquí para hacerte feliz.

Cierra los ojos y siente el calido sol acariciando tus mejillas.  Serénate y contempla el firmamento.  Es cierto.  Tus ojos están agotados de tanto llorar.  Es cierto, todo esta perdido y no tienes ganas de ver nada a tu alrededor.  Pero yo te invito, a que salgas afuera, y veas el hermoso arco iris que Dios te esta pintando en el cielo para que veas que hoy es viernes, viernes de dolor y pasión, pero que vendrá un domingo radiante y de resurrección donde podrás volver a reír, volver a empezar, y te llenara de alegría y felicidad.  No podemos creer que lo que nos sucede aun sea triste, devastador y agobiante, luego no  se convertirá en un hermoso arco iris, que nos dejara una lección de amor. 

Tengamos fe, que aun la pena más grande, que aun la crisis más terrible, la decepción mas penosa, luego puede dejarnos como legado la experiencia mas enriquecedora para nuestra existencia.

Carta a mi amigo Jesus

Carta a  mi amigo Jesús

Extiende tu mano hacia mi, te espero…mi alma pide a gritos tu presencia.  Quiero sentirte espíritu de Dios… te necesito… te anhelo…No me desampares, no me dejes sola, no me abandones.  Trilogía de amor, inúndame con tu aroma, báñame con ese perfume de amor que solo tu sabes dar. 

OH, Jesús de Nazaret quisiera ser una espiga del campo que al bailar con el viento se eleve hacia lo alto y acaricie despacio tus cabellos, roce con dulzura tus mejillas y luego  termine posándose a tus pies,  lentamente. Así elevaría mi espíritu hacia el tuyo y al encontrar un resguardo para posarme, sin estorbarte te adoraría, sin prisas, sin tiempos, sin reparos.

Eres tú mi amado amor, mi espíritu salvador, contigo nada me falta. 

En el silencio gris de la soledad siento tu compañía. Cuando llega la noche, aun extenuada de una jornada de intensa labor, sin ti no puedo conciliar el sueño.  Al llamarte que vengas a mi encuentro, y llenarte de besos en el azul silencio de mi pensamiento me arrullas al punto de quedarme dormida profundamente, y tu apresto quedas en vigilia para que mi sueño no tenga nada porque despertar.  Solo tu haces esto, OH divino espíritu de amor. Te necesito, te amo, eres tú mi salvador.

Cuan sabios tus caminos, que delicias tus veredas, como decía el Rey David en el libro de los Salmos. ¿Como es posible que los necios no esperen tus designios, con anhelo y fervor?

Eres tú el Hacedor, el Rey, me cobijo en ti, nada temo.

 A mi lado estas … cuando siento tristeza me sonríes… cuando siento dolor… me consuelas… cuando el frío me estremece…calientas tu mi ser con tus destellos…cuando siento hastío…hasta ahí, OH Cristo me comprendes..

Que delicia es tenerte, mi Maestro…sin ti nada doy… con tus fuerzas todo lo tengo…

La confianza me invita a seguir viviendo por ti y para ti.  No importa la carencia que aceche, la soledad aparente, el dolor que el golpe ocasione, todo se disipa con tu santa gracia.  El sufrimiento más infame, la ausencia más cruel, el peligro más agudo.  Nada es tan inmenso como el poder glorioso de tu santo espíritu.  Nada hay mas sagrado, más vital, más importante que tu aroma.

Te pido amado Maestro que no me escuches cuando la ingrata presencia de la vileza humana asome, no me escuches cuando sin querer mis labios susurren palabras de cansancio, no me oigas cuando por mis lágrimas sienta que mi alma sufre llena de desconsuelo, por negaciones de afecto… No me oigas cuando el hedor del desaliento invada mi esperanza, y descaradamente exilie tu perfume, Maestro no me escuches, porque a fin de cuentas te amo tanto que a prisa retorno al vuelo sublime de mi espiga, cuando acaricio despacio tus cabellos, imploro tu perdón,  lloro en desconsuelo, a tus pies me coloco, despacio sin prisa a escuchar los mimos delicados que me ofreces, y en silencio sonrío y llega esa paz embriagante que con dulzura me arrulla para alcanzar con ternura las delicias del sueño,  pues eres tu  Jesús, mi amado Maestro

Caminos derechos en senderos torcidos

Caminos derechos en senderos torcidos

 

¿Cuantas veces en nuestras vidas nos acontecen situaciones amargas, inesperadas que nos dejan en baja durante algún tiempo, y luego mas adelante, nos damos cuenta que esos acontecimientos perturbadores nos hicieron dar un giro y tomar el camino que nos llevaría a situaciones cómodas, alegres y felices?

Lo que sucede es que realmente ese revés era necesario para tomar el camino adecuado. Todo pasa.  Solo necesitamos dos cosas imprescindibles para seguir adelante.  Fe y paciencia para esperar mejores tiempos. Caminar haciendo el bien, disfrutando el día a día, viendo las realidades de nuestras vidas como fortunas, apreciando lo que tenemos y lo bendecidos que somos por nuestro Padre Celestial que nos da salud, seres queridos, amistades, trabajo, pan diario, amor, paisajes hermosos, un clima que nos permite caminar sin necesidad de abrigos gordos en todo el año, calor humano, y miles de cosas mas que todos poseemos y quizás no agradecemos por ese tormento “enorme” que tenemos y que solo eso nos importa y lo demás es tontería.

A ver, que tan difícil es darnos cuenta que por más que nos afanemos no añadiremos ni un centímetro a nuestra estatura, y que esa gran tormenta que se encuentra en tu vida hoy, mañana solo será un simple recuerdo.  A ver, echemos un vistazo al pasado, ¿cuantos hay que no hemos pasado situaciones duras, tristes y difíciles?  A ver, ¿se quedaron estacionadas?  No.  La verdad es que la mayoría han sido superadas, puede que a  muchos todavía no se le han resuelto del todo situaciones, pero sobre la marcha, hay cambios, nada es estático.  Vale la pena entonces pasarse la vida lamentándose por aquello que se ha “perdido”, cuando lo mas hermoso, lo mas fiel, lo mas constante, lo verdadero, lo cierto, lo  real y permanente lo tenemos cada uno de nosotros en nuestros corazones.  ¿Saben a quien me refiero?  Pues a nuestro Dios, que nos dirige en los caminos que el considera que son los correctos para nosotros.  Si quizás, ese proyecto fallido no es lo adecuado para ti en este momento, quizás esa persona que se aleja, a la larga no te hará feliz. Quizás ese amor que se ha ido y ya no lo sientes no era verdaderamente el amor que te va acompañar en la vida.  Esos senderos que creemos torcidos, en las horas de desesperación y desvelo, son los correctos para nuestro ascenso espiritual.  No hay mal que Dios antes no sopese que podemos soportar.  Nunca El, nos manda nada que nos destruya, todo lo que nos sucede nos fortalece y prepara para los hermosos jardines que los caminos venideros nos tienen guardados.

Vamos, a enjugarnos las lagrimas de la desilusión, a sacudirnos del pesimismo y de la derrota.  Cambiemos de ánimo, sonriamos con ganas, hay un hermoso sendero que nos llevara a la felicidad.  No importa si la cuesta esta empinada, y los vientos soplen fuertes.  No importa que la marea este brava y las velas tengamos que elevarlas, pero vamos con fuerza.  Dios nos extenderá la mano para cuando estemos cansados, y nos acurrucará, cuando nuestra alma esté desfalleciendo.  Dormiremos un rato en sus brazos y cuando nos despertemos estará el sol resplandeciente, el arco iris radiante y los nubarrones negros estarán bien lejos en el horizonte.