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Aportes de Patricia Landolfi

Dios se ocupa del mas minimo detalle.

Dios se ocupa del más mínimo detalle.

A ver, ¿Quién ha leído el pasaje de Daniel en el foso de los siete leones, el cual se encuentra en el libro de Daniel, capitulo 14, 23-42.  Demos un vistazo de todos los pormenores de esta hazaña grandiosa de Dios para con su hijo Daniel.  En ese entonces, el pueblo de Babilonia acusó y pidieron a gritos a Daniel para que no matasen en su defecto al rey y a toda su familia, por el pecado que a sus ojos había cometido Daniel.  El rey amaba a Daniel, pero a cambio de la vida de los suyos y la suya propia, el instinto de conservación pudo más que el cariño. Y adivinen que: Lo echaron al foso de los leones. La más cruel de las sentencias a los ojos de los humanos. Siete fieras, las cuales les daban de comer dos cuerpos y dos ovejas diariamente, y para que devoraran a Daniel rápidamente, no le dieron nada en seis días.  Claro que Dios, no iba a permitir que nada malo ocurriese con su hijo.  Es que el se ocupa de todo.  En otro lugar muy remoto, en esos días, se encontraba el Profeta Habacuc, cocinando un delicioso guiso y picando pan en trozos en una batea, para llevarles esa deliciosa comida a los segadores del trigo.  Pensaba Habacuc, que era para ellos, pero ya Dios había destinado ese manjar para un hijo en problemas. Si vemos en Daniel 14, versículo 34: “El Ángel del Señor dijo a Habacuc: lleva esa comida que tienes en las manos a Babilonia, donde Daniel que esta en el foso de los leones”.  Pero que creen que sucedió: Habacuc respondió: “Señor nunca he visto Babilonia, ni tampoco conozco el foso de los leones”.  ¡Ah! Claro, también Dios se ocupo de eso, porque El, amigos míos tiene todo planificado.  Mando el ángel, lo tomo por la mollera, levantándolo por los cabellos, lo traslado a Babilonia, encima del foso, con la rapidez de un espíritu.  Que me dicen de eso.  Todavía hay dudas, sobre el Plan de Dios.  Habacuc grito: ¡Daniel, toma esta comida que Dios te envía!.  Al pasar los siete largos días, el rey se apareció frente a la cueva de los leones a llorar a su amigo.  Para su mayor sorpresa, ahí estaba su amigo, vivo y coleando.  Es que no debemos temer de nada. De ninguna circunstancia hostil, de ningún problema, ni situación adversa.  Cuando estamos con Dios, el se encarga del mas mínimo detalle.  No solo de darnos paz, de protegernos de la maldad, del egoísmo y de la intriga, sino de darnos exactamente lo que necesitamos.  Habacuc cocino para los segadores, pero realmente cocinaba para Daniel, porque el plan divino es mas alto que el terrenal, y las cosas de Dios, solo El las escudriña.   Nos tenemos que sentir plenamente satisfechos de saber que Dios se ocupa del más mínimo detalle.  ¡Dejemos todo en manos de El, y El hará!

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