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Aportes de Patricia Landolfi

En la recta final

 

 

Solemos tomar varias actitudes cuando estamos en la recta final de un proyecto, un sueño, o la vida misma.  Solemos tirar la toalla.  Y es que, como seres humanos vulnerables y débiles, cuando estamos en la recta final, se nos hace largo y cuesta arriba llegar a la meta de la misma manera que comenzamos la jornada.

Muchas veces, bajamos la velocidad, y empezamos a arrastrarnos en lugar de seguir con impulso a la meta soñada.  Nos cubrimos con un manto invisible llamado dejadez, y nos vamos tropezando en el camino de la desidia. 

Generalmente sucede esto en nuestras vidas, pero si tomamos la decisión de no dejarnos ganar por esa sensación de cansancio,  nos enfocamos en la meta, ganando terreno con oración sin cesar, esperando en el Señor que nos supla de ánimo y coraje para cumplir con el propósito anhelado, con esta llama encendida, encontraremos que cada día, abriremos la ventana al deseo de no solo completar esa meta, sino seguir adelante con el propósito que Dios tiene para nosotros, como lo dice Pablo en la carta al pueblo Éfeso: Capitulo 1, versículo 8 y 9: “Que hizo sobreabundar para con nosotros sabiduría e inteligencia, dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo.”

Así que si Dios nos promete, sabiduría e inteligencia, para seguir adelante, no podemos bajo  ningún concepto, dejar sin terminar nuestros proyectos, por obstáculos que suelen presentarse en el transcurso de los mismos, o en la recta final, para que nos desanimemos y no ganemos la batalla a que hemos sido llamados.

Cambiemos la visión de la recta final, ya sea una tesis, un proyecto de grado, la edición de un libro anhelado, los ahorros para comprar una vivienda, el sueño de conseguir una beca, hacernos miembros de una organización para ayudar a los demás, tener una familia, cualquier cosa que hoy en día tengamos entre manos, y nos enfrentemos a la idea de tirar la toalla, recordemos la exhortación de Pablo:  Dios nos capacitó con sabiduría e inteligencia, no solo para terminar un proyecto, sino para proseguir la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.

10 de mayo 2012

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