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Aportes de Patricia Landolfi

Nehemias.

Hagámoslo como lo hizo Nehemias.

En el libro de Nehemias, en las Sagradas Escrituras,  relata como Nehemias se entera de las calamidades que vive su pueblo. Cuando el pregunta por la situación en que se encuentra la ciudad de sus antepasados, le dicen estas funestas palabras:  “Me respondieron:  allá abajo, en la provincia, los que volvieron de cautiverio, los sobrevivientes viven en la miseria y en medio de humillaciones; la muralla esta llena de hoyos y sus puertas quemadas” Nehemias capitulo 1, versículo 3.

Al oír esto, Nehemias quedo completamente consternado.  Aturdido y descorazonado.  Su gente estaba en medio de una tragedia. Y el oró para que Dios lo iluminara y se pusiese en marcha para ayudar a su pueblo.  Pero veamos bien: ¿quien era  Nehemias?: ¿un Gobernante o Rey de la época?  Pues no.  El era el encargado de servir el vino para el rey Artajerjes.  Pero tenía lo más necesario para triunfar, la fe en un Dios Todopoderoso que no ve rangos ni riquezas, sino el corazón de sus fieles.

En ese momento el fue a  hacer su trabajo acostumbrado pero con cara triste por lo que estaba sucediendo con su familia.  Su rey al verle con la cara triste, no acostumbrada en ese fiel servidor, le pregunto: ¿Por que estas triste? No estas enfermo sin embargo hay algo que te preocupa. A lo que Nehemias le respondió: Como no voy a estar triste, si la ciudad donde están las tumbas de mis antepasados está en ruinas, y sus puertas quemadas por el fuego. El rey entonces le respondió:  que quieres? Y ahí Nehemias oro al Señor para que lo iluminara en sus propósitos y le contesto: envíame a Juda, para reconstruirla”

Y así Nehemias logro sus objetivos de partir a reconstruir su ciudad, y dijo: como la mano benevolente de Dios estaba conmigo, el rey me lo concedió todo.

Se imaginan, un mayordomo decidió reconstruir la ciudad de sus antepasados.  Sin fortuna ni ejércitos que lo ayudasen.   Pero nada podría detenerlo.  Bastaban la fe y la ayuda del Altísimo.  Este que nunca falla, no importa las circunstancias que nos lleguen.

Vamos a unirnos todos a reconstruir nuestro país.  Nehemias tuvo éxito.  Hubo gente que trato de desanimarlo.   También tuvieron que luchar contra algunos que se oponían a la reconstrucción de la ciudad.  Siempre hay obstáculos, pero cuando hay fe y buena voluntad se logra el objetivo. 

Reconstruyamos las murallas de la ciudad,  aun cuando el desanimo nos trate de agredir.  Algunos judíos decían: Hay demasiados escombros y los portadores ya no dan más; jamás podremos reconstruir la muralla. Nehemias 4, versículo 4.  Pero Nehemias no desanimaba y en cuanto al desaliento de sus compañeros fue animarlos diciendo: ¡No tengan miedo!  ¡Piensen que el Señor es grande y terrible, y luchen por sus hermanos, sus hijos, sus mujeres y sus casas!

A trabajar se ha dicho.  No miremos los escombros, tratemos de elevar nuestra mirada al firmamento.  Y podremos decir como el mismo Nehemias afirmo en el capitulo 6, versículos 15-16 “Se termino la muralla el veinticinco del mes de Elul; se la habia reconstuido en cincuenta y dos dias.  Cuando nuestros enemigos supieron esto, todas las naciones que estan alrededor de nosotros tuvieron miedo y se acobardaron.  Tuvieron que reconocer en eso la obra de Dios”.

Adelante, logremos la reconstrucción, agarrados de la mano del Altísimo, y logremos rehacer nuestro país

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