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Aportes de Patricia Landolfi

Quien se lo hubiese dicho a Matias?

¿Quien se lo hubiese dicho a Matías?

 

A veces damos las cosas por sentadas. Lo que es obvio a los ojos humanos a veces  no es tan obvio a los ojos de Dios. Cuando decimos: -no puede ser, ya eso esta decido, o –ya venció el plazo para aplicar en la vacante, o ya no hay cupo, -ya eligieron a los vencedores.  Muchísimas veces no luchamos por un deseo de nuestro corazón por obviar el gran aliado que tenemos en Jesús.  Todos los días el escucha nuestro corazón y nos pide a gritos que confiemos en el.  Matías pasó por desapercibido en todo el camino de Jesús.  Pero El estaba ahí, siendo fiel. Quizás en su corazón latía con fuerza el deseo de ser apóstol.  Pero el no se desanimó  cuando Jesús eligió su doce apóstoles.  El no se sintió rechazado, el no se sintió herido cuando no se realizo su deseo.  El no se aparto de Jesús porque no fue complacido.  Al contrario, siguió más fiel.  Siguió en silencio acompañando al Maestro en todo su caminar.  Es cierto, no tenía un papel prominente, ni es mencionado como el Apóstol amado, ni mucho menos.  Pero había en su corazón una gran deseo de servir.  Y Dios lo sabía.  Pero sabía también que luego llegaría su oportunidad.  Quizás no cuando el lo pedía a gritos, no cuando estaba de moda ser apóstol, caminar al lado del maestro. Sino cuando Dios lo decidió.

Esto estaba escrito: Hechos 2 cap. 20 “Que  su morada  quede desierta y que nadie habite en ella.  Y también esta escrito: que otro ocupe su cargo. Tenemos, pues que escoger a un hombre de entre los que anduvieron con nosotros durante todo el tiempo en que el Señor Jesús actúo en medio de nosotros, desde el bautismo de Juan hasta el dia que fue llevado de nuestro lado.  Uno de ellos deberá ser, junto con nosotros, testigo  de su resurrección”.

Si Matías se hubiese decepcionado, porque sus deseos no fueron cumplidos en su reloj, puede ser que hubiese perdido su oportunidad.  Hizo lo correcto.  No se lleno de ira, ni se llevo del ímpetu del ego.  Se llevo del amor desinteresado de Corintios.  Aquel que traspasa todo entendimiento.  Todo lo cree, todo lo perdona, todo lo soporta.  A Matías no le fue grato la traición de Judas a Jesús.  Matías no se alegro por la tragedia de la traición.  No pensó para si: -Si me hubiesen elegido a mi no pasa. No.  Muy por el contrario, sufrió con Jesús, igual que cualquier otro Apóstol.  Amaba a  Jesús por encima de sus intereses personales.  No importaba si no estaba en primera fila, como doliente de Jesús.  En su corazón estaba en el mismo corazón de El amándolo, sufriendo con el, sangrando con el, muriendo con el.  Y todo tiene su tiempo.  Y todo tiene su hora. Y todo tiene su recompensa.  Y llego el momento de ser elegido apóstol como lo dice la palabra: Hechos 2, versículos 23-25: Presentaron a dos: A Jose, llamado Barsabás, por sobrenombre Justo y Matías.  Entonces oraron así: “Tu Señor, conoces el corazón de todos. Muéstranos a cual de los dos has elegido para ocupar este cargo y recibir este ministerio y apostolado del que Judas se retiro para ir al lugar que le correspondía.  Echaron suertes entre ellos y le toco a Matías, que fue agregado a los once apóstoles”.

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