Blogia
Aportes de Patricia Landolfi

Hacer el bien sin mirar a quien.

Hacer el bien sin mirar a quien.

Las expectativas que tenemos sobre las personas a veces sobrepasan los estándares que debemos tener. Cada persona tiene debilidades y fortalezas y a veces, las situaciones hacen que se tornen diferentes a lo que realmente pensamos.  Pues es indudable que el error es de nosotros que elevamos a un nivel demasiado alto las expectativas hacia esas personas.

Todos fallamos en algunas ocasiones.  Errar es de humanos dice el viejo refrán, pero rectificar es de sabios.  Pues cuando vemos que nos equivocamos, y rectificamos atendemos los más fieles intereses del corazón.  Perdonar y entender el prójimo con sus pequeñeces y sin sabores hace que nos entendamos a nosotros mismos.  No debemos juzgarnos severamente con los tropiezos que hemos sufrido.  Cada cual tiene defectos y virtudes, caídas y triunfos y  cada una de ellas positivas o negativas nos deja una enseñanza magnifica para nuestro diario vivir.  Enaltecer una persona tiene secuelas negativas pues, además de que a nadie se debe enaltecer ni entronizar, sino a Dios, si se hace, cuando esa persona actúa por debajo de nuestras expectativas sufrimos innecesariamente.

A ver si me doy a entender.  Amar sin límites pero no sobre enaltecer a nadie.  Dar sin límites pero sin expectativas extraordinarias con respecto al otro.  Ayudar desinteresadamente sin esperar que por el esfuerzo hecho tendremos un baluarte.  Así no poseeremos esperanzas desmedidas con respecto a nuestro prójimo, compañero, amigo, colega, hermano, pareja.  Todo fluirá de la misma manera para con nosotros, porque el amor que irradiamos vendrá hacia nosotros con creces.  Pues dando es que recibimos. Sin expectativas, sin ataduras, sin reproches sin sentimientos de avaricia.  Todo lo que demos sin medida, nos proveerá más amor sin condiciones.  Comencemos a dar amor sin esperar recibir nada. Y el manantial  de bendiciones se volcara a nuestras vidas de una manera preciosa y abundante.

Comencemos a no tener expectativas sobre nuestros semejantes, a cambio hagamos el bien sin mirar a quien, y en cada uno de nuestros semejantes, veamos la cara de nuestro Señor irradiando el gran amor que siente por nosotros. Así seremos mas felices nosotros y haremos mucho mas felices a los que nos rodean.

0 comentarios