Cuando un si....
Cuando un si puede cambiar toda nuestra existencia.
¿A ver, cuantas veces en la vida nos encontramos en la encrucijada de la decisión? Cuando lo que siempre has soñado, se asoma por la ventanilla, y en el momento que esta saludándote, diciéndote: aquí estoy, ¡disfrútame! ¿Te dices a ti mismo? ¿Es a mi que me esta sucediendo esto? Es a mi que se me ofrece lo que hasta hace un instante, podría ser una quimera, una ilusión, un sueño olvidado en ese recóndito baúl que esta guardado en cojines de terciopelo, donde añejamos los secretos del alma?
Entonces, no embriaga la duda del ¿mereces esto? Demasiado quizás. A lo mejor un riesgo, un salto sin paracaídas, o talvez un reto a nuestra mas sórdida comodidad.
Digamos ¡si! Y cambiemos lo que nos duele. Lo que a ratos nos deprime, pues en el interior ese deseo esta latente, esperando un halo de esperanza Pues eso que de repente asoma, no es mas que el Creador dándote la oportunidad de ¡ser feliz! El esta aquí para escuchar el gemido del afligido, la oración del pobre, la suplica del sediento. Los deseos del corazón de cada uno de nosotros para Dios son sagrados y primordiales. Nos escucha atentamente, día por día. Si no logramos obtener satisfechos nuestros deseos al instante, es porque no es tiempo, pero si por el contrario te encuentras en el umbral de la decisión, en el portal de saber a tientas, el placer de lograr lo añejado en el fondo del baúl de los recuerdos, es solo Dios que a escuchado atentamente, una y cada una de tus plegarias y ha entendido que es aquí y ahora. Ha llegado el momento de decir si a la felicidad. Sin pensar que te equivocas, o que se equivocan. Solo presta atención a los detalles y lánzate con el paracaídas de Dios a lograr tus sueños.
No temas a nada, porque cuentas con El para todos y cada de tus propósitos. Encomienda a El tus sueños y esboza una sonrisa de gratitud. Ha llegado la hora de emprender tu camino. Lograr tus deseos es simplemente el comienzo. Los sueños se proliferan a medida que cabalgamos cuesta arriba. Los escollos son ideales para detenernos a descansar y analizar lo andado. Perderse de esos instantes de razonamiento, son traspiés en el camino al éxito. Repasar el dolor causado por esos obstáculos, es simplemente canalizar lo aprendido. Luego a medida que pase el dolor, las respuestas de Dios, a esa parada surgirán en concordia con las oraciones.
¡Animo!. Acepta el reto. Concibe que sea Dios el que te ha escuchado. Busca tu camino. Y emprende el largo viaje en el sendero de tus deseos, llevando en la mochila amor, fe, honestidad a tus principios, y sobretodo alegría en el corazón. Se valiente. ¡Dile si a tus deseos!
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