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Aportes de Patricia Landolfi

Y tu, como eres?

Y tú, eres como Nelson o como José?

He escuchado muchas veces, opiniones sobre la lejanía existente en los relatos bíblicos y las escenas de la vida real.  Pensando en eso, encontré una historia de un personaje que aun vive muy similar a una historia bíblica que quise compartir. Por un lado, vemos a Nelson, un niño nacido en el seno de la tribu Thimbu de la etnia Xhosa en la pequeña aldea de Mvezo, en el distrito de Mthatha, capital de Transkei en África.  Hijo del consejero del rey Thimbu,  quien fuera personaje fundamental para el ascenso del rey Jongintaba Dalindyebo, quien al morir el padre de Nelson, en gratitud, adopto al niño.  Se imaginan, fue adoptado por un rey.  Pero este tenía ideales muy claros desde joven. A los diecinueve años, viajó a Healdtown, en Fort Beaufort, donde asisten todos los miembros de la familia real Thembu a completar sus estudios. El otro joven de quien hablo es Jose, hijo de Jacob.  Tal como dicen las escrituras en capitulo 37 del libro del Génesis, versículo 3, Jacob  quería mas a Jose que a sus otros hijos, porque había nacido en su ancianidad. Jose era un hombre soñador.  Además tenía el don de la interpretación de los sueños.  Todo esto les causaba envidia a sus hermanos que se sentían apocados frente a su joven pariente.   Vemos dos jóvenes privilegiados, rodeados de bendiciones en su juventud. 

¿Que sucedió con Nelson?, al tener ideales muy firmes y ver que en su tierra habían profundas diferencias raciales que desaparecían los derechos de la raza negra a la cual pertenecía decidió emprender el camino hacia lograr sus objetivos.  Se graduó de abogado en la Universidad de Witwatersrand, interesándose por movimientos activistas negros y  comprometiéndose con los métodos no violentos de resistencia, siguiendo la inspiración de Ghandi.   En el 1961 Nelson Mandela se convierte en líder del brazo armado del Congreso Nacional Africano, abreviado MK. Acusado,  con cargos fáciles de probar, para sus enemigos decide defenderse solo.  En su defensa el 20 de abril de 1964, Mándela se esfuerza en demostrar sus intensiones.  Sus palabras históricas, en el discurso de la defensa pusieron en evidencia claramente sus idealistas intensiones: “Durante toda mi vida me he dedicado a esta lucha del pueblo africano.  He peleado contra la dominación  blanca, y he peleado contra la dominación negra.  He buscado el ideal de una sociedad libre y democrática, en la que todas las personas vivan juntas en armonía e igualdad de oportunidades”. En ese juicio, fue condenado a cadena perpetua.  Durante sus largos años de prisión,  miro por encima de los barrotes.  Nunca pensó estar derrotado.  Los carceleros se sorprendieron de la asombrosa belleza interior de aquel ser humano. Nelson fue el prisionero numero 46664 durante 27 años, en paupérrimas circunstancias. Fue liberado en 1990 convirtiéndose en el principal interlocutor para negociar el proceso de democratización.  Mandela fue galardonado con el Premio Nóbel de la paz en 1993. En el 1994 gano las elecciones como el primer presidente negro de Sudáfrica y desde ese puesto puso en ejecución una política de reconciliación nacional. 

¿Y Jose, porque resuelvo comparar las historias?  Pues Jose fue vendido como esclavo por sus hermanos. Al perder todo de golpe, y caer en manos de un egipcio, no se apoco por esa situación. Al contrario fue en extremo fiel a su amo al punto de confiarle hasta el más mínimo detalle.  “En vista de esto, el egipcio dejo que Jose administrara todo cuanto poseía” Génesis 38-6.  Pero luego una trastada de la mujer del egipcio, lo envió a la cárcel.  En prisión, también vio más allá de los cerrojos, esperó con fe su oportunidad, sabiendo que Dios para todo tiene su tiempo.  ..”Pero Yahvé lo asistió y fue muy bueno con el e hizo que cayera en gracia con el jefe de la prisión”.  Dos años después, el Faraón tuvo un sueño perturbador, y se corrió la voz de que Jose interpretaba sueños muy bien (solo debemos aprovechar las oportunidades) y lo mando a llamar.  Jose le interpreto los sueños de manera idónea y de buena fe, a lo que el faraón agradecido lo nombro primer ministro, pero habían pasado muchos años de cuando fue vendido.  …”Jose tenia treinta años cuando se presento ante el Faraón.”Génesis 41,-46. 

Ambos esperaron tranquilamente su oportunidad.  Sin desanimarse, sin amilanarse con los contratiempos, los enemigos, las persecuciones, las emboscadas,  la tristeza de la soledad de la prisión.  Luego llego el mana. Esperaron y triunfaron. Aun Nelson Mandela vive, y goza de la paz y bienaventuranza de su perseverancia.  Nunca nos demos por vencidos, aunque los barrotes de la vida impidan ver la luz del sol.

Y tu, conoces a Tony?

 

Tony  Meléndez es un hombre común.  Nació en Nicaragua en el seno de una gran familia.  Por razones que solo Dios sabe, un medicamento ingerido por su madre en la gestación, para controlar los síntomas del embarazo, Tony nació sin brazos.  Que tragedia para cualquier familia. Para ellos no fue una tragedia.

Sus padres emprendieron una lucha sin tregua para que Tony no viese en su deformación una calamidad.  Su padre prefirió emigrar a los Estados Unidos para conseguir mejores oportunidades de vida para su hijo especial. 

En el hogar, Tony aprendió la primera lección importante para vivir: No darse por vencido.  A partir de esa primera lección importante de vida, surgieron otras no menos importantes.  Su padre, músico, le dijo un día que se fuera a lavar los pies, y que tomara la guitarra con los mismos.  Le dijo: anda hijo, toca.  ¿Como habría de tocar?  Podríamos pensar.  Pues con lo que Dios le había dado, con los pies. 

Y a partir de ahí, con grandes esfuerzos, seis a siete horas de practica por muchos años, se comenzaron a escuchar hermosas  melodías de los pies de Tony, tanto que tocaba en misas y en conferencias, hasta que Dios lo puso en el lugar indicado y en el momento indicado.  Gran lección de la vida: Si tienes a Dios en tu vida, llegara tu oportunidad.  Y Tony fue seleccionado para tocarle al Papa Juan Pablo II en la ciudad de Los Ángeles en 1987.  Y ahí sucedió el momento mágico.  El Santo Padre, luego que Tony tocara su música, lleno de emoción, salto al escenario, a abrazarle. 

Desde ese entonces, no ha cesado el ministerio de amor que Tony Meléndez ha emprendido alrededor del mundo.  No cesa de enseñar lo maravilloso que puede ser la vida si aprecias los milagros que hay en tu vida.  Tony habla de las maravillas que Dios ha permitido que sucedan a través de su limitación.  Cuenta de lo difícil que fue conseguir una pareja que lo aceptara como era, pero como Dios hace todo perfecto, Consiguió su bella esposa, que no solo lo ama, sino que lo estimula a seguir impulsando el amor de Dios en la vida de las personas.  Tiene dos hermosos hijos adoptados, y es un ser completamente feliz. 

Lleno de retos,  expresa que cuando alguien le dice que hable de milagros el suele decir: Mira tus  manos, ahí tienes el milagro.  Para Tony, las manos son un milagro, porque el nació sin ellas.  ¿Para ti, cual será el milagro?  Imitemos a Tony, veamos nuestras limitaciones, como grandes oportunidades de ver el milagro de amor que Dios nos tiene reservados.

Caminos derechos en senderos torcidos.

 

¿Cuantas veces en nuestras vidas nos acontecen situaciones amargas, inesperadas que nos dejan en baja durante algún tiempo, y luego mas adelante, nos damos cuenta que esos acontecimientos perturbadores nos hicieron dar un giro y tomar el camino que nos llevaría a situaciones cómodas, alegres y felices?

Lo que sucede es que realmente ese revés era necesario para tomar el camino adecuado. Todo pasa.  Solo necesitamos dos cosas imprescindibles para seguir adelante.  Fe y paciencia para esperar mejores tiempos. Caminar haciendo el bien, disfrutando el día a día, viendo las realidades de nuestras vidas como fortunas, apreciando lo que tenemos y lo bendecidos que somos por nuestro Padre Celestial que nos da salud, seres queridos, amistades, trabajo, pan diario, amor, paisajes hermosos, un clima que nos permite caminar sin necesidad de abrigos gordos en todo el año, calor humano, y miles de cosas mas que todos poseemos y quizás no agradecemos por ese tormento “enorme” que tenemos y que solo eso nos importa y lo demás es tontería.

A ver, que tan difícil es darnos cuenta que por más que nos afanemos no añadiremos ni un centímetro a nuestra estatura, y que esa gran tormenta que se encuentra en tu vida hoy, mañana solo será un simple recuerdo.  A ver, echemos un vistazo al pasado, ¿cuantos hay que no hemos pasado situaciones duras, tristes y difíciles?  A ver, ¿se quedaron estacionadas?  No.  La verdad es que la mayoría han sido superadas, puede que a  muchos todavía no se le han resuelto del todo situaciones, pero sobre la marcha, hay cambios, nada es estático.  Vale la pena entonces pasarse la vida lamentándose por aquello que se ha “perdido”, cuando lo mas hermoso, lo mas fiel, lo mas constante, lo verdadero, lo cierto, lo  real y permanente lo tenemos cada uno de nosotros en nuestros corazones.  ¿Saben a quien me refiero?  Pues a nuestro Dios, que nos dirige en los caminos que el considera que son los correctos para nosotros.  Si quizás, ese proyecto fallido no es lo adecuado para ti en este momento, quizás esa persona que se aleja, a la larga no te hará feliz. Quizás ese amor que se ha ido y ya no lo sientes no era verdaderamente el amor que te va acompañar en la vida.  Esos senderos que creemos torcidos, en las horas de desesperación y desvelo, son los correctos para nuestro ascenso espiritual.  No hay mal que Dios antes no sopese que podemos soportar.  Nunca El, nos manda nada que nos destruya, todo lo que nos sucede nos fortalece y prepara para los hermosos jardines que los caminos venideros nos tienen guardados.

Vamos, a enjugarnos las lagrimas de la desilusión, a sacudirnos del pesimismo y de la derrota.  Cambiemos de ánimo, sonriamos con ganas, hay un hermoso sendero que nos llevara a la felicidad.  No importa si la cuesta esta empinada, y los vientos soplen fuertes.  No importa que la marea este brava y las velas tengamos que elevarlas, pero vamos con fuerza.  Dios nos extenderá la mano para cuando estemos cansados, y nos acurrucará, cuando nuestra alma esté desfalleciendo.  Dormiremos un rato en sus brazos y cuando nos despertemos estará el sol resplandeciente, el arco iris radiante y los nubarrones negros estarán bien lejos en el horizonte.

Donde esta Dios?

Esa pregunta me la dijo mi hija, cuando escucho una noticia trágica que estaban trasmitiendo en la televisión. ¿Acaso el no se encuentra allí, donde suceden tragedias?  Eso tenia sentido para una pequeña chiquilla de 9 años, a la que en sus oraciones están todos sus seres queridos, incluyendo sus dos perros, sus dos gatitos y todos los otros animalitos que existen en el mundo.  Pero en el sentido de nosotros es diferente.  Dios esta presente en las vidas de aquellos que lo dejan entrar como invitado.  El no se inmiscuye en las vidas de aquellos que no lo llaman. El no molesta en los hogares que no lo evocan.  El es educado, y espera la invitación.  En los lugares que si oran, que si piden, que si evocan, ahí El esta siempre.  Protegiendo, cuidando, atesorando a sus hijos en medio de las pruebas. En cualquier momento, en cualquier circunstancia, en cualquier rincón esta Dios si lo invitas a estar contigo.  Y no es que no sucedan inconvenientes en esas situaciones, pero si pasan, no suceden de la misma forma que si El no esta.  Es como un velo celestial que envuelve a sus hijos de manera tal que nos protege de todos los acontecimientos funestos y situaciones adversas. 

¿Como empezamos a dejarlo entrar en nuestras vidas?  Con una sencilla oración.  Sin muchas ceremonias, ni antesalas, ni requisitos, ni formularios, ni burocracia.  Una sencilla oración basta, para El tomar las riendas de tu vida.  Lo hizo conmigo, en un momento de desolación, de angustia, de desesperanza.  Cuando creía que todo estaba perdido, cuando mis ganas de luchar estaban agotadas, cuando las lagrimas caían sobre mi rostro como un caudal en medio de la tormenta, Alce mis ojos al cielo y le susurré: ¡Ayúdame!  Solo un gemido, solo un intento desesperado de encontrarlo y ahí estaba.  Esperaba que yo lo invitara a entrar  para derramar sobre mí una amalgama de bendiciones innumerables.  El amor de Dios es infinito para sus hijos.  Lo probé y lo pruebo todos los días al abrir mis ojos. Inmediatamente los abro y me doy cuenta de que tengo vista, y puedo observar mi bello ángel como duerme.  Puedo aspirar el aroma de la maternidad, puedo compartir las sabias experiencias de mis padres, puedo ver la maravillosa naturaleza deslumbrante.  Puedo caminar, puedo reír, puedo cantar.   Puedo trabajar, puedo ayudar a los que me rodean, puedo escribir, y expresar lo que siento, puedo soñar, puedo esperar firmemente todas las maravillas que Dios me tiene reservadas con su inmenso amor, y así puedo afirmarle a mi hija cuando me pregunta: ¿donde esta Dios? Dios, cuando esta en nuestros corazones, esta en todas partes.

 

Cuando un si....

Cuando un si  puede cambiar toda nuestra existencia.

¿A ver, cuantas veces en la vida nos encontramos en la encrucijada de la decisión? Cuando lo que siempre has soñado, se asoma por la ventanilla, y en el momento que esta saludándote, diciéndote: aquí estoy, ¡disfrútame!  ¿Te dices a ti mismo? ¿Es a mi que me esta sucediendo esto?  Es a mi que se me ofrece lo que hasta hace un instante,  podría ser una quimera, una ilusión, un sueño olvidado en ese recóndito baúl que esta  guardado en cojines de terciopelo, donde añejamos los secretos del alma?

Entonces, no embriaga la duda del  ¿mereces esto?  Demasiado quizás.  A lo mejor un riesgo, un salto sin paracaídas, o talvez un reto a nuestra mas sórdida comodidad.

Digamos ¡si! Y cambiemos lo que nos duele.  Lo que a ratos nos deprime, pues en el interior ese deseo esta latente, esperando un halo de esperanza Pues eso que de repente asoma, no es mas que el Creador dándote la oportunidad de ¡ser feliz!  El esta aquí para escuchar el gemido del afligido, la oración del pobre, la suplica del sediento.  Los deseos del corazón de cada uno de nosotros para Dios son sagrados y primordiales.  Nos escucha atentamente, día por día.  Si no logramos obtener satisfechos nuestros deseos al instante, es porque no es tiempo, pero si por el contrario te encuentras en el umbral de la decisión,  en el portal de saber a tientas, el placer de lograr lo añejado en el fondo del baúl de los recuerdos, es solo Dios que a escuchado atentamente, una y cada una de tus plegarias y ha entendido que es aquí y ahora.  Ha llegado el momento de decir si a la felicidad.  Sin pensar que te equivocas, o que se equivocan.  Solo presta atención a los detalles y lánzate con el paracaídas de Dios a lograr tus sueños.

No temas a nada, porque cuentas con El para todos y cada de tus propósitos.  Encomienda a El tus sueños y esboza una sonrisa de gratitud.  Ha llegado la hora de emprender tu camino.  Lograr tus deseos es simplemente el comienzo.  Los sueños se proliferan a medida que cabalgamos cuesta arriba.   Los escollos son ideales para detenernos a descansar y analizar lo andado.  Perderse de esos instantes de razonamiento, son traspiés en el camino al éxito.  Repasar el dolor causado por esos obstáculos, es simplemente canalizar lo aprendido.  Luego a medida que pase el dolor, las respuestas de Dios, a esa parada surgirán en concordia con las oraciones. 

¡Animo!. Acepta el reto.  Concibe que sea Dios el que te ha escuchado.  Busca tu camino.  Y emprende el largo viaje en el sendero de tus deseos, llevando en la mochila amor, fe, honestidad a tus principios, y sobretodo alegría en el corazón.  Se valiente.  ¡Dile si a tus deseos!

Todo tiene su tiempo.

Todo tiene su tiempo.

 

Que hermoso pasaje, del libro de Eclesiastés,  en las sagradas escrituras, el cual  contiene una de las firmes verdades de la vida.  “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora”.

Y ahí es que me quiero detener a compartir unas reflexiones para este resplandeciente enero que ilumina nuestro sendero.

No debemos precipitarnos por cosas que no hemos podido lograr.  Ni amores, ni triunfos laborales, ni premios que creemos merecedores, ni amigos que añoramos, ni nada debajo del Sol, porque lo tendremos cuando el Dios dulce, el Dios misericordioso entienda que es el momento de darnos lo que deseamos.

Y cuando menos te lo esperes, lo que siempre añoraste, lo que siempre has deseado, de repente toca tu puerta y dice, aquí estoy.

Al orar, debemos entregarle esos deseos a Dios en sus manos.  Pero de verdad.  Porque a veces me dicen: Lo hice, pero realmente no se ha hecho de corazón.  Porque al poco tiempo de haberlo hecho, de haber entregado las penas, los deseos, las dudas, los sinsabores, las esperanzas añejadas en el corazón a nuestro Dios, luego vuelven a la miseria de la tristeza.  ¿Pero acaso no entregaste los archivos a Dios?  ¿Como es que de repente te asalta la tristeza de lo que ya no tienes?

Y ahí, cuando entregas todo, de repente te embarga una paz inimaginable, arropadora, tranquilizante y realmente hermosa.  Y te das cuenta que El te regala un inmenso cielo azul, lleno de bellísimas nubes de algodón que envuelven un paraíso diario para ti.  Y que si sales de la casa, los árboles que rodean las calles de tu barrio, están florecidas de agraciadas flores de flamboyanes,  trinitarias,  campanitas o simplemente flores silvestres, que están ahí para decirte que Dios esta presente en todos los tiempos de nuestras vidas.

El mundo es maravilloso, Dios es supremo y sabe cuando darnos las cosas.  Cuando nos premia con aquello que anhelamos.  A lo mejor espera más madurez de nuestra parte, o quizás espera que sea el tiempo justo en su calendario.  No nos afanemos por nada, porque el día que menos te lo esperas, el día que mas cansado estés, el día que solo necesites descansar, el día en el cual solo has estado preocupado que las cosas salgan bien y que los deseos de tu corazón los hayas echado en un baúl lejano de tu alma, esa será posiblemente la jornada que Dios diga: Es aquí y ahora.  Y llene tu vida de felicidad.  Y colme tu vida de todo lo que tu corazón desea.  Y no solo será un brillante cielo, o hermosas flores, sino que tu corazón se vera henchido, y a la vez sobremanera agradecido, porque los colores del arco iris de tu vida, de repente se llenaran de una sorprendente brillantez, y cuando anochezca, la luna estará sonriéndote, cómplice de Dios, diciéndote, Ha llegado el momento de sonreír.

 

Renacer

Renacer

Admiro a las personas que resurgen de sus cenizas.  Que no se dejan vencer por las caídas y que resurgen del polvo para volver a luchar. El renacer es de los fuertes de espíritu, que nada los derrota, ni los humilla, ni los amáinala.  A la larga, los desplomes se convierten en lecciones, para emprender seguros y decididos el camino al éxito. Han oído la frase, ¿errar es de humanos? Pues, claro, y los errores son lecciones que nos enseñan técnicas para triunfar.  Si.  Anímese, lo bueno esta por empezar.  Los triunfos van ha llegar, solo revistase de optimismo y sobre todo fe. Espere el tiempo para comenzar de nuevo.  Los altibajos nos hacen reflexionar, y decidir que ese camino no es el correcto, que la meta esta del otro lado y que esta anocheciendo pero  el amanecer llegara y el arco iris esta detrás de ese nubarrón. 

Hay que ver las personas exitosas y observar su trayectoria. En algunas ocasiones, han tenido derrumbes, han aprendido la lección, han recargado combustible y han continuado su camino al éxito.  El fracaso, no es más que la antesala de la victoria.

Enhorabuena para los fuertes de espíritu que se ríen de su pasado y abrazan al futuro con fuerza y tenacidad.  Es decisión y firmeza. Y ha empezar de nuevo.  Si. Vamos, manos a la obra.  Tu felicidad esta esperando por ti, solo debes sacudirte la modorra del fracaso, echarla al zafacón y recibir las irradiaciones que emanan de la fe.  La fe en un Todopoderoso que te enseña lecciones de amor con las caídas, que te dice que tienes que detenerte unos segundos y coger impulso para doblar en la próxima esquina, que las decisiones importantes, aun no han llegado, y que lo que ha pasado, por mas grande que te lo imagines no es mas que, lecciones para cuando lo bueno llegue estés perfectamente preparado, no solo para recibirlo sino para disfrutarlo a plenitud.

Es hora de ver la vida con un optimismo arrollador, pues es resplandeciente, hermosa y única. Vale la pena vivirla.  Es un regalo magnifico que Dios nos ha dado, para que disfrutemos cada segundo de nuestra existencia.  Las decepciones, sirven para reflexionar, descansar, recargar baterías y emprender el vuelo.  Un vuelo espléndido que sirve para disfrutar a plenitud las maravillas que Dios nos tiene a cada instante.  Deleitando una buena compañía, un calido beso amoroso, un abrazo apretado, una amplia y reluciente sonrisa, unos ardientes rayos de sol, una brisa marina al atardecer, la cola de un gato acariciándote la piel, el melódico sonido del canto de los pajaritos, el placer de disfrutar de los amigos, una charla animada con los viejos, recordando épocas memorables de nuestras vidas, y un sin fin de cosas que están presentes en nuestro diario vivir.

A recargar las pilas, que las llagas se secaron, se esta haciendo tarde, el éxito aguarda, para colocar en la cima a cada uno de los triunfadores.

Amar sin limites.

Amar sin límites

Hasta el fin de nuestros días debemos amar al prójimo.  Debemos querer a todos con sus defectos y virtudes pues al amarlos las irradiaciones de amor hacen eco en los sentimientos de los demás.  Dejar a un lado los sentimientos mezquinos, para abrazar con fuerza los que hablan de amor y de concordia.  Ese es el verdadero secreto para la paz. Y la paz trae mansedumbre y la mansedumbre trae felicidad.

¿Como dejar a un lado las heridas? Si.  Podemos hacerlo, y convertir esas heridas en canales de amor para los otros.  Es cuestión de perspectiva.  Conversando con Dios, exponiendo los problemas, los fracasos, las traiciones que a veces nos sorprenden de los más íntimos amigos y asimilando que ni Jesús fue excluido de esa clase de situación humana.  Porque El, en su condición de heredero del trono celestial, no fu excluido de traiciones de sus mas íntimos amigos, ni de vejámenes, ni de calumnias, ni de infamias, vendido por unas miserables monedas de plata.

¿Acaso El, no era también de carne y hueso?  No sentía en su corazón, amor a sus inseparables amigos, Judas y Pedro.  Claro que si.  Y le dolió en el fondo de su corazón que ellos, le dieron la espalda en su momento.  Entonces, cuando le contamos nuestras tristezas, nuestras desilusiones y pesadumbres para con los creíamos nuestros amigos El pacientemente, nos escucha y nos baña con ese refrescante manantial de amor, y convierte esas heridas en ríos de amor y consuelo.

Es así, que nuestras tristezas se convierten en alegrías, nuestras lágrimas en sonrisas y podemos darle a todos  nuestros semejantes gotas de amor y consuelo para sus vidas.

Cambiemos el rencor por oraciones para nuestro prójimo, extendamos nuestras manos para levantar a nuestros hermanos, sean estos como Judas o como Pedro, no importa, el gesto de amor cambiará sus actitudes para con nosotros.  Expresemos nuestra alegría y amor para con todos, eso hará en nuestro círculo que el amor de Dios se propague como la pólvora, la armonía y la paz no solo brillara en nuestros corazones sino que también, habremos hecho una obra maravillosa en nuestros corazones.

Hagamos como hizo Jesús, en el mismo instante de estar colmado de injusticia amemos a nuestros semejantes sin límites, con entera dedicación y entrega,  elevemos una plegaria al Altísimo, para que nos haga humildes de corazón, pues el amor lo soporta todo.

Mujer de caracter, quien la hallara?

¿Mujer de carácter, quien la hallara? Proverbios 30, 10

En el libro de los Proverbios, en las Sagradas Escrituras hay un hermoso y aleccionador pasaje sobre el comportamiento idóneo de las mujeres en el núcleo familiar.  Hoy en día, los conceptos sobre como comportarse en el núcleo familiar distan mucho de lo que nos manda nuestro Dios a realizar.  Los compromisos del momento, congraciarse con las mujeres no comprometidas, perder el tiempo hablando de cosas sin importancia, dejando al cuidado de un servicio, los importantes quehaceres de la  maternidad, entre otros deslices, me hacen observar el descuido apremiante de nuestra sociedad en la participación adecuada de la mujer, en sus roles protagónicos y definitivos en la familia como son el primerísimo papel de madre y el igual primerísimo papel de esposa en el mundo de hoy.  Como es posible, que nosotras, dejemos a un lado nuestros hijos, para detenernos a bebernos un café, en el mejor de los casos, o a gastar horas muertas en gimnasios para congraciarnos con las “amigas” que requieren nuestra compañía?  Según el libro de proverbios, las instrucciones precisas que dio nuestro Señor fueron: …”Se levanta aun de noche para dar de comer a los de su casa…Sus hijos quisieron felicitarla, su marido es el primero en alabarla…”  ¡Vamos! Que hermosas y expresivas palabras nos da nuestro Dios, sobre el comportamiento que debemos tener en relación a nuestras familias.

El hogar que posee una mujer que actúa en base al comportamiento que señala el Creador, tiene éxito sine qua non, pues la mujer es el bastón del esposo en todos los sentidos.  Hallar distracciones en el mundo de hoy, no es raro, pero llegar a poner en peligro la familia, por banalidades es peligroso.  Es importante ejercer con dignidad el sublime papel de madre y esposa. Velar con esmero en los detalles de cada uno de los integrantes de la familia.  Tener una actitud positiva y alegre para con los seres queridos.  Darle amor, ternura, comprensión, aliento y entusiasmo a cada uno de esos seres que el Todopoderoso puso a su cuidado, hablando, actuando y ejecutando un amor sincero, sin condiciones, limites ni barreras. 

Hagamos honra aquel mandato que Dios nos instruyo en el libro de los Proverbios, capitulo 30 versículo 10-12 “¿Una mujer de carácter, donde hallarla? Es mucho mas preciosa que una perla. Sabe su esposo que de ella puede fiarse: con ella saldrá siempre ganando. Le reporta felicidad, sin altibajos, durante todos los días de su vida…”

Y cuando estemos en la oscuridad, con solo orar, veremos la luz!

¡Y cuando estemos en la oscuridad, con solo orar, veremos la luz!

Todos tenemos momentos tristes, apesadumbrados, cabizbajos, donde todos los intentos de resolver nuestros problemas parecen se fallidos.  Ahí es que Dios nos esta esperando.  Cuando la oscuridad te nubla la razón y no ves mas que obstáculos y problemas, Dios esta cerca de ti, sonriendo, esperando que te lances a sus brazos y la digas: ¡Hazte cargo! Y entonces las tinieblas se convierten en luz, y los problemas, quizás estén ahí, pero tu actitud hacia ellos es completamente distinta. 

Porque lo que no podemos vencer, se transforma de aterrador en alentador, de barrera en oportunidad de crecer, de estorbo, en simple desvío hacia mejores y mas llanos caminos.

Con solo ver la luz de Dios, empezaremos a sentir su luz en nuestras vidas. 

Los problemas siempre están ahí.  Sino no seria vida humana.  La vida es una carrera de obstáculos, los cuales se hacen llevaderos y estimulantes, cuando se corren al ritmo de Dios.  Cuando no, las trabas se convierten en barreras de acero, que no se pueden saltar, ni rebasar, pues el único entrenador capaz de hacernos triunfar en la carrera de obstáculos de la vida, es Dios.

Aprendamos con El, entrenemos con El a lo largo de nuestra vida.  No veamos los problemas cotidianos como barreras infranqueables, no pensemos que nuestra situación es la peor.  Sino muy por el contrario, miremos lo afortunados que somos, con toda la riqueza que tenemos en nuestro diario vivir. 

Tener posesiones materiales no es lo más importante para rebasar con plenitud la carrera de obstáculos de la vida.  Lo esencial es lo espiritual en nuestras vidas.  Abracemos los sentimientos, cantemos alabanzas, ayudemos a nuestros semejantes, regalemos amor, sonriamos con alegría cada día y veamos la obra de Dios en nuestras vidas.

Empecemos de nuevo esta carrera de obstáculos.  Que hoy, empieces a mirar tus problemas de una óptica distinta.  Ya no como oscuros y obtusos, sino como claros y llanos.  Ya, empecemos a entrenar con el mejor entrenador en la carrera de la vida.  Dentro de poco estaremos dispuestos a ganar las olimpiadas de nuestra existencia.  Las medallas serán de amor, de comprensión, de ternura y de fe.  Y luego cuando el tiempo pase estaremos en el Salón de la fama de Dios.

He perdido mi gotita de rocio!

“¡He perdido mi gotita de rocio!...Dice la flor al cielo al amanecer que a perdido todas sus estrellas”.

 Cuanta verdad encierra esta frase del filósofo y escritor indio Rabindranath Tagore. A veces nos cegamos con pequeñeces que son granitos de arena en la profundidad del mar. No contando que todo lo que suceda en nuestras vidas, pérdidas grandes, problemas nefastos, angustias interminables no son más que la cadena de sucesos que están escritos en nuestras hojas de vida del diario de Dios.

 ¡“Mis caminos y mis pensamientos son mas altos que los de ustedes; mas altos que los cielos sobre la tierra!, Isaías, 55.9. Este pequeño versículo del libro del profeta Isaías nos los dice a ciencia cierta. ¿Acaso no es El hacedor de todas las cosas? ¿No lo puede todo? ¿No creó los mares, los ríos, los continentes, la fauna, la flora, el hombre y su descendencia? Y nos intranquilizamos porque tenemos problemas insolubles.  Pues estamos realmente perdiendo nuestro precioso tiempo.

Cuando dejamos a Dios actuar a la manera de El,  todo obra para bien.  Todo tiene un porque y una razón de ser.  Dejémonos de quejarnos por pequeñeces tontas, y veamos lo hermoso que es vivir. Cuantas razones gratas tenemos para vivir una vida plena de satisfacciones.  Tenemos gustos, pasatiempos, familia, amor en grandes medidas, salud, el pan cotidiano, paz en nuestra tierra bendita, una amalgama de maneras de ganarnos la vida honradamente, un país lleno de fe, donde los templos se abarrotan en el día de descanso para alabar al Altísimo, un inmenso mar para descansar nuestros ojos, un ritmo contagioso para encender nuestros pies, la sonrisa caribeña que contagia el mas duro y frío de los corazones y soluciones para todo, porque nosotros los dominicanos somos optimistas por convicción. 

Entonces, vamos a contagiarnos con el sentir positivo y olvidémonos de lo que ha pasado hoy, que ha turbado la paz de tu alma, lo que hoy te llena de congoja y aflicción, se irá rápidamente, y debes estar atento para que esas lagrimas que turban tu ojos no te empañen la vista del hermoso horizonte.  Cantemos cuando tengamos ganas de llorar, riamos cuando nuestros espíritus se sientan desfallecidos, oremos cuando las cosas no vayan como quisiéramos y no nos perdamos de lo majestuoso que es en si la vida. Pues el mismo Rabindranath Tagore, lo dice en otra de sus frases mas celebres: “Si lloras por haber perdido el Sol, las lagrimas no te dejaran ver las estrellas”

A si que a combatir con alegría aquello que nos oprime, observemos detenidamente, y de repente en tus mismos ojos se encuentra aquello que te hará sonreír.

Y el angelito le pregunto a Dios...

“¿Y el angelito le pregunto a Dios, segundos antes de nacer, y como llamare a ese ángel que estará cuidándome y mimándome como dices?  Sencillamente, llámale mama” anónimo.

 

Es así.  A cada ser humano, en el mismo instante de su gestación, tiene reservado un ángel protector que lo guiara por las sendas del amor.  Un ser que se desvivirá por su cuidado, estará velando al borde de la cuna cuando tema por una calentura, por un espasmo estomacal, o simplemente para contemplar su rostro como suspira en los confines de los sueños. 

Cuando Dios, me regalo como en un cuento de hadas la gran virtud de la maternidad, cuando me obsequio el mas preciado de los regalos de la vida, darle vida a un ser en mis entrañas, cuando por ventura, tuve el inmenso privilegio de la maternidad, entendí tantas cosas.

Entendí por ejemplo las noches en las cuales, veía a mi madre en medio de la noche, largas horas a mi lado, sin expresar cansancio, ni sueño, ni hambre, ni sed, solo expresando en su rostro el color inagotable del amor.

Entendí además, con mas realismo, el dolor que la vi sentir cuando su mundo se torno al revés.  Cuando por cosas inesperadas del destino, estuvo sentenciada a escuchar un diagnostico aterrador para su primogénito.  

Entendí, las noches que lloraba en silencio, cuando solo las sombras de la noche la arropaban, y solo encontraba consuelo en las tibias lagrimas que corrían deprisa, pues aguardaban muchas mas que tenían que salir.

Entendí con mas claridad cuando en vez de adentrarse en su dolor, dejo de lado todo para ir en busca de un diagnostico mejor para su hijo.  Agarrada a una fe inquebrantable, de la mano del Creador, hizo lo imposible para lograr una mejoría, alguna esperanza en la búsqueda de una brecha donde pudiese mi hermano sentir en su vida, los hermosos rayos de la esperanza.

Entendí como, en situaciones completamente adversas, cuando la oscuridad cubría todas nuestras vidas, salimos adelante, cuando muchas familias, con muchas menos ráfagas de vientos, sucumben, nosotros salimos fortalecidos.  Porque ella no se dio por vencida, aun mas sigue luchando hoy, aun cuando tiene lagrimas que brotan a prisa, pues quizás tenga muchas en fila para salir.

Entendí, la extraordinaria fuerza interior que viene del cordón umbilical, entendí cuan duele un rasguño, una lagrima, un tormento que tenga un hijo.

Porque, Dios, como es perfecto, hizo la maternidad para que velemos por esos seres hasta el fin de nuestros días, aun cuando la lucha sea fuerte, aun cuando en nuestro rostro como en el de mi madre, se apresuren diariamente, lagrimas a salir, aun cuando nuestro cuerpo cansado, nuestras fuerzas amilanadas, nuestro corazón lacerado como el de mi madre, encontremos fuerzas para seguir luchando, y cuando esos ojos busquen la mirada materna, encuentren esa sonrisa hermosa que refleja el milagro de amor de la maternidad.

Madre querida, que maravilloso ejemplo eres de ser una madre extraordinaria.

Paciencia en las pruebas.

“Hermanos considérense afortunados cuando les toca soportar toda clase de pruebas.”Santiago 1,2.

Soportar y tener paciencia son las claves para una vida llena del amor de Dios.  ¿Que hacemos nosotros al ser dizque buenos ciudadanos, si nos exacerbamos con nuestros semejantes por cosas triviales? ¿Que hacemos nosotros como buenos cristianos, dando limosnas y a la hora de tratar a nuestros seres queridos gritamos y ofendemos sin tratar de buenas maneras de comprendernos mutuamente? Debemos amar, y el amar da paciencia y dulzura en el trato a los demás.  Errar es de humanos y cualquier fallo se desvanece cuando las buenas maneras, la comprensión y la paciencia llegan de la mano. ¿Como nos sentimos cuando sabemos que hemos hecho algo mal y encontramos comprensión y hasta ayuda en los que nos rodean?  Pues así debemos ser nosotros en todas las situaciones diversas que se nos presentan día por día.  Porque así como nos gusta ser comprendidos también debemos comprender.  Así como nos gusta ser complacidos también es bueno complacer, así como nos gusta ser amados también es bueno amar, así como nos gusta ser escuchados también es bueno escuchar.  Porque la vida es compartir.  Y las situaciones difíciles, cuando son compartidas con amor, paciencia y comprensión se hacen más llevaderas, y las cargas más ligeras y menos agobiantes. La paciencia llevada de la mano de la armonía destruyen cualquier barrera, no importa cuan implacable y e inmensa que sea.

No hay obstáculo cuando se tiene en el corazón la armadura de Dios, compuesta por la fe la esperanza y el amor.  No hay tinieblas que no sean disipadas con estas tres armas infalibles, y cuando una de estas esté  sin cartuchos de repuestos, lo más atinado es buscar municiones suficientes en la paciencia, y luego la paciencia se encargara de buscar los refuerzos necesarios para artillarnos como es debido.  Y cuando menos creamos, la batalla habrá cesado y lo que estar en el horizonte, en el lugar de las tinieblas, serán hermosos rayos de luz que iluminaran de nuevo nuestras vidas.  A tener paciencia, con todo y todos, y veremos que nuestros días grises se volverán multicolores nuevamente.

"No puede impedirse el viento. Pero pueden construirse molinos"

“No puede impedirse el viento.  Pero pueden construirse molinos

 

Este proverbio holandés que me encontré hurgando en una recopilación de proverbios de todas partes del mundo hizo que reflexionara sobre el.  Es certero y atinado a lo que se dice de prever y adaptarse a las circunstancias.  Puede que el viento sople fuerte, y eso es imposible detenerlo, pero puedes utilizar ese viento para que te ayude a tus objetivos.  Construyes un molino y lo que te hacia daño te sirve de herramienta en tu sembradío.

¿Como te vez frente a una crisis? ¿ Te ahogas y piensas que se esta hundiendo el barco, o tomas las medidas necesarias para fortalecer tus brazos y remar contra la marea? La actitud acertada es remar con fuerza, fortalecer los brazos y tener tenacidad en la tormenta.  La ecuanimidad y fortaleza son condiciones que salen de la fe. 

En los momentos de crisis, cuando las circunstancias que nos toca lidiar son extremas, los obstáculos gigantes aterradores, y el viento fuerte y recio, debemos apelar a nuestro Señor, que nos ayude a construir los molinos.  Orar en silencio e implorar fortaleza en esos momentos oscuros.  En lugar de gritar, o tratar mal a los que nos rodean, en vez de ahogarnos en esas situaciones difíciles, debemos cerrar la puerta de nuestra habitación, y en silencio hablar con nuestro Padre celestial.  Pueden ser unos minutos, pero de repente será invadido nuestro espíritu con una paz indescriptible, donde no veremos esos monstruos aterradores devorándonos, si no, muy por el contrario, en el horizonte veremos grandes molinos que utilizaran las ráfagas de viento que en esos momentos azotaban nuestras vidas a nuestro favor.

Debemos pedirle a Dios orientación en todos nuestros anhelos, problemas y situaciones.  Como cada uno de nosotros debemos aprender que no importa la situación en la cual estemos sumergidos en estos momentos, si sabemos construir los molinos, los vientos siempre soplaran a favor de nuestros ideales. 

Puede que en un instante las cosas no sean exactamente como en nuestras expectativas, pero al final del día puede que se hayan tornado diferentes.  Aprendamos que cada instante es único, y los días están repletos de sorpresas.  Solo debemos tener fe en que aunque los vientos soplen fuerte, siempre servirán de motor para los grandes molinos que están construidos en los senderos de nuestra existencia. Aprendamos a construir molinos en lugar de temerle al viento.  Donde hay fe, los vientos fortalecen nuestro espíritu, y ayudan a vitalizar los sembradíos, empujados por los molinos de Dios.

Hacer el bien sin mirar a quien.

Hacer el bien sin mirar a quien.

Las expectativas que tenemos sobre las personas a veces sobrepasan los estándares que debemos tener. Cada persona tiene debilidades y fortalezas y a veces, las situaciones hacen que se tornen diferentes a lo que realmente pensamos.  Pues es indudable que el error es de nosotros que elevamos a un nivel demasiado alto las expectativas hacia esas personas.

Todos fallamos en algunas ocasiones.  Errar es de humanos dice el viejo refrán, pero rectificar es de sabios.  Pues cuando vemos que nos equivocamos, y rectificamos atendemos los más fieles intereses del corazón.  Perdonar y entender el prójimo con sus pequeñeces y sin sabores hace que nos entendamos a nosotros mismos.  No debemos juzgarnos severamente con los tropiezos que hemos sufrido.  Cada cual tiene defectos y virtudes, caídas y triunfos y  cada una de ellas positivas o negativas nos deja una enseñanza magnifica para nuestro diario vivir.  Enaltecer una persona tiene secuelas negativas pues, además de que a nadie se debe enaltecer ni entronizar, sino a Dios, si se hace, cuando esa persona actúa por debajo de nuestras expectativas sufrimos innecesariamente.

A ver si me doy a entender.  Amar sin límites pero no sobre enaltecer a nadie.  Dar sin límites pero sin expectativas extraordinarias con respecto al otro.  Ayudar desinteresadamente sin esperar que por el esfuerzo hecho tendremos un baluarte.  Así no poseeremos esperanzas desmedidas con respecto a nuestro prójimo, compañero, amigo, colega, hermano, pareja.  Todo fluirá de la misma manera para con nosotros, porque el amor que irradiamos vendrá hacia nosotros con creces.  Pues dando es que recibimos. Sin expectativas, sin ataduras, sin reproches sin sentimientos de avaricia.  Todo lo que demos sin medida, nos proveerá más amor sin condiciones.  Comencemos a dar amor sin esperar recibir nada. Y el manantial  de bendiciones se volcara a nuestras vidas de una manera preciosa y abundante.

Comencemos a no tener expectativas sobre nuestros semejantes, a cambio hagamos el bien sin mirar a quien, y en cada uno de nuestros semejantes, veamos la cara de nuestro Señor irradiando el gran amor que siente por nosotros. Así seremos mas felices nosotros y haremos mucho mas felices a los que nos rodean.

Quien se lo hubiese dicho a Matias?

¿Quien se lo hubiese dicho a Matías?

 

A veces damos las cosas por sentadas. Lo que es obvio a los ojos humanos a veces  no es tan obvio a los ojos de Dios. Cuando decimos: -no puede ser, ya eso esta decido, o –ya venció el plazo para aplicar en la vacante, o ya no hay cupo, -ya eligieron a los vencedores.  Muchísimas veces no luchamos por un deseo de nuestro corazón por obviar el gran aliado que tenemos en Jesús.  Todos los días el escucha nuestro corazón y nos pide a gritos que confiemos en el.  Matías pasó por desapercibido en todo el camino de Jesús.  Pero El estaba ahí, siendo fiel. Quizás en su corazón latía con fuerza el deseo de ser apóstol.  Pero el no se desanimó  cuando Jesús eligió su doce apóstoles.  El no se sintió rechazado, el no se sintió herido cuando no se realizo su deseo.  El no se aparto de Jesús porque no fue complacido.  Al contrario, siguió más fiel.  Siguió en silencio acompañando al Maestro en todo su caminar.  Es cierto, no tenía un papel prominente, ni es mencionado como el Apóstol amado, ni mucho menos.  Pero había en su corazón una gran deseo de servir.  Y Dios lo sabía.  Pero sabía también que luego llegaría su oportunidad.  Quizás no cuando el lo pedía a gritos, no cuando estaba de moda ser apóstol, caminar al lado del maestro. Sino cuando Dios lo decidió.

Esto estaba escrito: Hechos 2 cap. 20 “Que  su morada  quede desierta y que nadie habite en ella.  Y también esta escrito: que otro ocupe su cargo. Tenemos, pues que escoger a un hombre de entre los que anduvieron con nosotros durante todo el tiempo en que el Señor Jesús actúo en medio de nosotros, desde el bautismo de Juan hasta el dia que fue llevado de nuestro lado.  Uno de ellos deberá ser, junto con nosotros, testigo  de su resurrección”.

Si Matías se hubiese decepcionado, porque sus deseos no fueron cumplidos en su reloj, puede ser que hubiese perdido su oportunidad.  Hizo lo correcto.  No se lleno de ira, ni se llevo del ímpetu del ego.  Se llevo del amor desinteresado de Corintios.  Aquel que traspasa todo entendimiento.  Todo lo cree, todo lo perdona, todo lo soporta.  A Matías no le fue grato la traición de Judas a Jesús.  Matías no se alegro por la tragedia de la traición.  No pensó para si: -Si me hubiesen elegido a mi no pasa. No.  Muy por el contrario, sufrió con Jesús, igual que cualquier otro Apóstol.  Amaba a  Jesús por encima de sus intereses personales.  No importaba si no estaba en primera fila, como doliente de Jesús.  En su corazón estaba en el mismo corazón de El amándolo, sufriendo con el, sangrando con el, muriendo con el.  Y todo tiene su tiempo.  Y todo tiene su hora. Y todo tiene su recompensa.  Y llego el momento de ser elegido apóstol como lo dice la palabra: Hechos 2, versículos 23-25: Presentaron a dos: A Jose, llamado Barsabás, por sobrenombre Justo y Matías.  Entonces oraron así: “Tu Señor, conoces el corazón de todos. Muéstranos a cual de los dos has elegido para ocupar este cargo y recibir este ministerio y apostolado del que Judas se retiro para ir al lugar que le correspondía.  Echaron suertes entre ellos y le toco a Matías, que fue agregado a los once apóstoles”.

Dios se ocupa del mas minimo detalle.

Dios se ocupa del más mínimo detalle.

A ver, ¿Quién ha leído el pasaje de Daniel en el foso de los siete leones, el cual se encuentra en el libro de Daniel, capitulo 14, 23-42.  Demos un vistazo de todos los pormenores de esta hazaña grandiosa de Dios para con su hijo Daniel.  En ese entonces, el pueblo de Babilonia acusó y pidieron a gritos a Daniel para que no matasen en su defecto al rey y a toda su familia, por el pecado que a sus ojos había cometido Daniel.  El rey amaba a Daniel, pero a cambio de la vida de los suyos y la suya propia, el instinto de conservación pudo más que el cariño. Y adivinen que: Lo echaron al foso de los leones. La más cruel de las sentencias a los ojos de los humanos. Siete fieras, las cuales les daban de comer dos cuerpos y dos ovejas diariamente, y para que devoraran a Daniel rápidamente, no le dieron nada en seis días.  Claro que Dios, no iba a permitir que nada malo ocurriese con su hijo.  Es que el se ocupa de todo.  En otro lugar muy remoto, en esos días, se encontraba el Profeta Habacuc, cocinando un delicioso guiso y picando pan en trozos en una batea, para llevarles esa deliciosa comida a los segadores del trigo.  Pensaba Habacuc, que era para ellos, pero ya Dios había destinado ese manjar para un hijo en problemas. Si vemos en Daniel 14, versículo 34: “El Ángel del Señor dijo a Habacuc: lleva esa comida que tienes en las manos a Babilonia, donde Daniel que esta en el foso de los leones”.  Pero que creen que sucedió: Habacuc respondió: “Señor nunca he visto Babilonia, ni tampoco conozco el foso de los leones”.  ¡Ah! Claro, también Dios se ocupo de eso, porque El, amigos míos tiene todo planificado.  Mando el ángel, lo tomo por la mollera, levantándolo por los cabellos, lo traslado a Babilonia, encima del foso, con la rapidez de un espíritu.  Que me dicen de eso.  Todavía hay dudas, sobre el Plan de Dios.  Habacuc grito: ¡Daniel, toma esta comida que Dios te envía!.  Al pasar los siete largos días, el rey se apareció frente a la cueva de los leones a llorar a su amigo.  Para su mayor sorpresa, ahí estaba su amigo, vivo y coleando.  Es que no debemos temer de nada. De ninguna circunstancia hostil, de ningún problema, ni situación adversa.  Cuando estamos con Dios, el se encarga del mas mínimo detalle.  No solo de darnos paz, de protegernos de la maldad, del egoísmo y de la intriga, sino de darnos exactamente lo que necesitamos.  Habacuc cocino para los segadores, pero realmente cocinaba para Daniel, porque el plan divino es mas alto que el terrenal, y las cosas de Dios, solo El las escudriña.   Nos tenemos que sentir plenamente satisfechos de saber que Dios se ocupa del más mínimo detalle.  ¡Dejemos todo en manos de El, y El hará!

Vive cada dia como unico e irrepetible.

Vive cada día como único e irrepetible.

¿Cuantas veces, nos mortificamos, peleamos, luchamos, discutimos por lo que pasará dentro de una semana? ¿No será eso pérdida de tiempo?  Tengo en mis propósitos firmes no preocuparme por el mañana, pues como bien dicen las sagradas escrituras: Mateo 6, 31. 32-34. “No anden preocupados ni digan: ¿tendremos alimentos? O ¿que beberemos? O ¿tendremos ropas para vestirnos? No se preocupen por el día de mañana, pues el mañana se preocupara por si mismo. A cada día le bastan sus problemas”.

A veces, dejamos pasar momentos inolvidables, con personas gratísimas por estar pendientes de otras cosas.  No dejemos perder oportunidades de disfrutar de esos gratos momentos por cosas sin importancia.  Puede ser tan sencillo como disfrutar de una barquilla con tu hijo, ver como se chorrea y se derrama el helado, tratando de comérselo, y riéndose contigo, si no disfrutas ese instante, por estar pensando en cosas que quizás no tengas en ese instante ninguna solución, de que te vale el sacrificio? ¿De que te vale perder tu preciado tiempo con ti hijo, por estar angustiado, afanado, aturdido por esos inconvenientes que no tienes las respuestas ni las soluciones exactas para los mismos?

A ver, cuantas veces en la vida, perdemos tiempo complicándonos la vida en solucionar  lo que no tiene solución instantánea, luchar contra lo imposible, y luego a su debido tiempo, al tiempo divino, se resuelve de la manera más insospechada para ti.  Y en esos momentos, exclamas: ¡y yo que luche tanto, y tan tontamente contra esto y mira que fácil esta siendo resuelto!.  A eso le llamo complicarse la vida innecesariamente.  Vivir la vida conforme a la voluntad divina.  Si no pudiste con ese gran problema personal, si no lograste eso que te proponías, o creías que seria lo mejor para ti es porque sencillamente en ese momento no te convenía resolverlo a tu manera, se resolverá dentro del tiempo necesario a la manera de Dios.  Si tienes fe, dejaras de afanarte por las cosas imposibles, depositaras tus anhelos, deseos, problemas y ansiedades en el archivo de Dios y pondrás tu corazón esperanzado en el diario vivir.  Vive cada instante inigualablemente, goza, ríe, sueña, día a día con la seguridad que todo tiene su tiempo, y todo tiene su hora.  Explora una zona desconocida para ti.  Dale un beso fuerte a una persona que aprecies.  Regala sonrisas y se cordial con tu prójimo.  Eleva día por día una plegaria al Creador diciendo lo mucho que confías en el.  Baila, canta, ama, vive cada día como único e irrepetible, y Deja que Dios se encargue del resto, ¡El no te defraudará!

Y tu eres como Nelson o como Jose?

Y tú, eres como Nelson o como José?

He escuchado muchas veces, opiniones sobre la lejanía existente en los relatos bíblicos y las escenas de la vida real.  Pensando en eso, encontré una historia de un personaje que aun vive muy similar a una historia bíblica que quise compartir. Por un lado, vemos a Nelson, un niño nacido en el seno de la tribu Thimbu de la etnia Xhosa en la pequeña aldea de Mvezo, en el distrito de Mthatha, capital de Transkei en África.  Hijo del consejero del rey Thimbu,  quien fuera personaje fundamental para el ascenso del rey Jongintaba Dalindyebo, quien al morir el padre de Nelson, en gratitud, adopto al niño.  Se imaginan, fue adoptado por un rey.  Pero este tenía ideales muy claros desde joven. A los diecinueve años, viajó a Healdtown, en Fort Beaufort, donde asisten todos los miembros de la familia real Thembu a completar sus estudios. El otro joven de quien hablo es Jose, hijo de Jacob.  Tal como dicen las escrituras en capitulo 37 del libro del Génesis, versículo 3, Jacob  quería mas a Jose que a sus otros hijos, porque había nacido en su ancianidad. Jose era un hombre soñador.  Además tenía el don de la interpretación de los sueños.  Todo esto les causaba envidia a sus hermanos que se sentían apocados frente a su joven pariente.   Vemos dos jóvenes privilegiados, rodeados de bendiciones en su juventud. 

¿Que sucedió con Nelson?, al tener ideales muy firmes y ver que en su tierra habían profundas diferencias raciales que desaparecían los derechos de la raza negra a la cual pertenecía decidió emprender el camino hacia lograr sus objetivos.  Se graduó de abogado en la Universidad de Witwatersrand, interesándose por movimientos activistas negros y  comprometiéndose con los métodos no violentos de resistencia, siguiendo la inspiración de Ghandi.   En el 1961 Nelson Mandela se convierte en líder del brazo armado del Congreso Nacional Africano, abreviado MK. Acusado,  con cargos fáciles de probar, para sus enemigos decide defenderse solo.  En su defensa el 20 de abril de 1964, Mándela se esfuerza en demostrar sus intensiones.  Sus palabras históricas, en el discurso de la defensa pusieron en evidencia claramente sus idealistas intensiones: “Durante toda mi vida me he dedicado a esta lucha del pueblo africano.  He peleado contra la dominación  blanca, y he peleado contra la dominación negra.  He buscado el ideal de una sociedad libre y democrática, en la que todas las personas vivan juntas en armonía e igualdad de oportunidades”. En ese juicio, fue condenado a cadena perpetua.  Durante sus largos años de prisión,  miro por encima de los barrotes.  Nunca pensó estar derrotado.  Los carceleros se sorprendieron de la asombrosa belleza interior de aquel ser humano. Nelson fue el prisionero numero 46664 durante 27 años, en paupérrimas circunstancias. Fue liberado en 1990 convirtiéndose en el principal interlocutor para negociar el proceso de democratización.  Mandela fue galardonado con el Premio Nóbel de la paz en 1993. En el 1994 gano las elecciones como el primer presidente negro de Sudáfrica y desde ese puesto puso en ejecución una política de reconciliación nacional. 

¿Y Jose, porque resuelvo comparar las historias?  Pues Jose fue vendido como esclavo por sus hermanos. Al perder todo de golpe, y caer en manos de un egipcio, no se apoco por esa situación. Al contrario fue en extremo fiel a su amo al punto de confiarle hasta el más mínimo detalle.  “En vista de esto, el egipcio dejo que Jose administrara todo cuanto poseía” Génesis 38-6.  Pero luego una trastada de la mujer del egipcio, lo envió a la cárcel.  En prisión, también vio más allá de los cerrojos, esperó con fe su oportunidad, sabiendo que Dios para todo tiene su tiempo.  ..”Pero Yahvé lo asistió y fue muy bueno con el e hizo que cayera en gracia con el jefe de la prisión”.  Dos años después, el Faraón tuvo un sueño perturbador, y se corrió la voz de que Jose interpretaba sueños muy bien (solo debemos aprovechar las oportunidades) y lo mando a llamar.  Jose le interpreto los sueños de manera idónea y de buena fe, a lo que el faraón agradecido lo nombro primer ministro, pero habían pasado muchos años de cuando fue vendido.  …”Jose tenia treinta años cuando se presento ante el Faraón.”Génesis 41,-46. 

Ambos esperaron tranquilamente su oportunidad.  Sin desanimarse, sin amilanarse con los contratiempos, los enemigos, las persecuciones, las emboscadas,  la tristeza de la soledad de la prisión.  Luego llego el mana. Esperaron y triunfaron. Aun Nelson Mandela vive, y goza de la paz y bienaventuranza de su perseverancia.  Nunca nos demos por vencidos, aunque los barrotes de la vida impidan ver la luz del sol.

Vengan a mi los que van cansados, llevando pesadas cargas y yo los aliviare. Jesucristo

“Vengan a mi los que van cansados, llevando pesadas cargas, y yo los aliviare”. Jesucristo

 

En el capitulo 11 del Evangelio según San Mateo, el mismo Jesús nos indica que hacer cuando no podemos mas.  Cuando nuestras fuerzas están mermadas y estamos extenuados de nadar contra la corriente.  ¿Porque no hacemos lo que El, en su infinita misericordia nos invita a hacer?  Descarguemos nuestras luchas, nuestros anhelos, nuestros miedos, nuestros fracasos, nuestros problemas al que todo lo puede, al que todo lo alcanza y olvidémonos de todo lo demás.  El se encargara de poner cada  pieza en su lugar y darnos la paz que anhelamos en un santiamén.

A veces no nos damos cuenta que aun tengamos oscuridad en el camino, aun no sepamos como vamos a lograr un objetivo importante para nosotros, sin herramientas, sin oportunidades, sin brechas para donde coger,  sin salida alguna aparente, de repente, si entregamos nuestros problemas a Jesús, de repente aparecen no una, sino múltiples salidas para llegar a nuestro objetivo final.

El mundo es para los perseverantes, para los que no se dan por vencidos por una caída, o por dos, o por las que sean.  Debemos levantarnos y continuar intentándolo.  Debemos ser pacientes e intentarlo de nuevo.  No escuchemos los murmullos fatídicos de la derrota.  No  nos acobardemos cuando los derroteros nos indiquen las probabilidades de volver a caer.  Solo dediquémonos a enfocarnos con fe en ganar la batalla. 

Si leemos en la Biblia el capitulo 5 del 2do libro de los reyes, cuando el Profeta Eliseo fue acorralado, pues como todo hombre de Dios, recibe bombardeos de gente que no tolera el progreso, la gracia y las bendiciones de Dios, un ejercito recibió las ordenes del rey de la época para rodearlo con carros, caballos y un numeroso destacamento, el muchacho que ayudaba a Eliseo, cuando observo como los tenían rodeados exclamo: ¡Ay, señor mío! ¿Que vamos hacer? Eliseo le respondió: No temas, porque los que están con nosotros son mucho más numerosos que los que están con ellos.  Entonces Eliseo se puso a orar: Dios, ábrele los ojos para que vea. Dios entonces abrió los ojos del joven, quien vio una montaña cubierta de caballos y carros de fuego que protegían a Eliseo.

Así sucede con nosotros.  Nunca estamos solos, siempre estamos rodeados del poder infinito de Dios.  Para El, no hay barreras, ni muros, ni mares, ni océanos, ni tormentas, ni tempestades, ni derrotas, ni nada que pueda con el inmenso poder que solo El posee.

Descarguemos nuestras cargas a sus pies.  Por mas oscura que este la noche, por mas cansados que nos encontremos, por mas situaciones agobiantes que nos presente el destino, por mas lejanos que veamos nuestros oasis en medio de nuestros desiertos, escuchemos su dulce voz que nos invita a descansar en El.