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Aportes de Patricia Landolfi

A un gran corazon, ninguna ingratitud lo cierra, ninguna indiferencia lo cansa. Leon Tolstoi

“A un gran corazón, ninguna ingratitud lo cierra, ninguna indiferencia lo cansa”. León Tolstoi.

 

Esta profunda y certera frase del gran escritor ruso, León Tolstoi, me hizo hacer unas reflexiones sobre el corazón y sus razones.  No podemos dejar que las ingratitudes de algunos seres humanos nos arruinen nuestro hermoso y noble corazón.  Todos poseemos un gran corazón solo que algunos sufren los embastes de la vida, y se endurecen, se agrietan y se rompen llegando a convertirse en un caparazón duro e insensible producto de las arrugas del comportamiento humano.

Podemos sobreponernos a esos desaires y seguir dando amor, mucho amor, porque la vida es para vivirla y dejar huellas hermosas  en el sendero de nuestra existencia.  ¿Que el sendero se llene de espinas, maltratos, engaños y desprecios?  No.  Solo es cuestión de perspectiva.  Pues aquellos que son ingratos, desagradables, incoherentes e insensibles, solo debemos excluirlos de nuestras vidas, y solo darles pasos aquellos que reciben y reciprocan los rayos iridiscentes de amor y amistad.

No privemos nuestros semejantes de amor, solo porque nos hemos encontrado en el camino amargas personas que no aprecian los significados de las palabras: amor, ternura, franca amistad y desinterés.  Solo tengamos optimismo de seguir adelante y en nuestro vasto sendero encontraremos no solo bellísimas personas de almas nobles que si aprecien nuestra forma de ser, sino que además tendremos en ellas refugio de amor en aquellos momentos que necesitemos un alma para desahogar nuestros problemas y anhelos.

Comencemos a clasificar los que nos rodean.  Aquellas personas negativas, que solo aportan radiaciones oscuras a nuestra existencia, tratemos de irradiarles amor, pero si no podemos con ellas simplemente concentrémonos en aquellas otras que por el contrario aceptan con receptividad y reciprocidad las vibraciones de amor que les proporcionamos.

Es bello amar, comprender, consentir, ayudar, mimar, apoyar, valorar y exaltar las cualidades de los que nos rodean.  No nos dejemos llevar de sentimientos toscos, mezquinos y egoístas.  Comencemos a expresar amor, dedicación, entrega y verdaderos sentimientos a nuestros semejantes.  Sin importar lo que pase.  Si encontramos un rebote, un mal agradecimiento, un maltrato,  a seguir nuestro camino, luego encontraremos a esos seres que si valoran un gran corazón.

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